Ciencia

¿Son realmente los alimentos ultraprocesados tan dañinos como nos han advertido? La ciencia aún busca respuestas

2025-09-07

Autor: María

El fenómeno de los ultraprocesados

En nuestros supermercados, es común ver estanterías repletas de productos como patatas fritas, galletas, refrescos y pizzas congeladas. Estos son los heredados ultraprocesados (UPF, por su abreviatura en inglés), que han pasado por complejos procesos industriales y a menudo incluyen ingredientes ajenos a nuestras cocinas, como el jarabe de maíz y aceites hidrogenados.

Un llamado de atención temprano

La alarma sobre el consumo de ultraprocesados se encendió a inicios de los años 2000 gracias al investigador brasileño Carlos Monteiro. Este estudioso notó un incremento en los casos de obesidad y diabetes tipo 2 en Brasil. Curiosamente, los estudios revelaron que los consumidores estaban optando por menos azúcar y sal en sus compras, reemplazándolos con productos precocinados, cargados de estos mismos ingredientes.

Creciente evidencia preocupante

Desde entonces, los científicos han intensificado sus investigaciones para desentrañar la relación entre el consumo de ultraprocesados y problemas de salud. Las estadísticas no son alentadoras; múltiples estudios ligan una alta ingesta de estos productos con un riesgo elevado de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.

Datos alarmantes en EE. UU.

Un estudio masivo realizado en Estados Unidos con más de 110,000 adultos reveló que los que más consumían alimentos ultraprocesados tenían un 4% mayor riesgo de muerte por cualquier causa durante el tiempo de seguimiento.

Diferencias globales en el consumo

Sin embargo, el consumo de ultraprocesados no es uniforme en todos los países. Mientras que en Estados Unidos y el Reino Unido alrededor del 60% de las calorías proviene de estos productos, en España la cifra se reduce a un 26-30%. A pesar de estos números relativamente más bajos, recientes investigaciones advierten que la evidencia más sólida relaciona la exposición a estos alimentos con problemas de salud cardiometabólica.

¿Es el procesamiento el verdadero culpable?

A pesar de los contundentes datos, no todos los científicos coinciden en demonizar los ultraprocesados. Existen argumentos que sugieren que este grupo es demasiado diverso como para generalizar. ¿Es justo comparar un donut con unas patatas fritas o un yogur del supermercado?

Nuevas investigaciones sobre la salud y la saciedad

Investigadores están explorando si la relación entre los ultraprocesados y la mala salud se basa más en su composición nutricional que en su nivel de procesamiento. Un ensayo del University College de Londres comparó dos dietas: una de alimentos mínimamente procesados y otra de ultraprocesados, ambas con el mismo nivel de nutrientes. Los resultados sesudos: los participantes que optaron por la dieta menos procesada perdieron el doble de peso.

Un experimento revelador con adultos

Un innovador estudio encabezado por el fisiologo Kevin Hall, encerró a 20 adultos en un centro de investigación, permitiéndoles comer lo que quisieran durante dos semanas con una dieta ultraprocesada y otras dos con alimentos no procesados. Los hallazgos fueron sorprendentes: durante la dieta de ultraprocesados, los participantes ingirieron en promedio 500 calorías más al día y ganaron casi un kilogramo.

La velocidad y la textura importan

Investigaciones han demostrado que la textura de los alimentos influye en cuánto comemos. Por ejemplo, se ha visto que las personas consumen menos cuando se les presentan alimentos de textura dura en comparación con los de textura suave. Esto apunta a que la rapidez con la que comemos y la consistencia de los alimentos son factores clave en el consumo excesivo.

¿Qué camino seguir?

Pese a la confusión científica, la tendencia es clara: una dieta alta en ultraprocesados está vinculada a resultados de salud desfavorables. Sin embargo, la solución no es simplemente dejar de consumirlos por completo. Kevin Hall, un investigador crítico, admite que también consume ciertos productos procesados y aconseja centrarse en una dieta rica en verduras, legumbres y granos integrales, limitando azúcares añadidos y grasas saturadas.

Conclusión

La clave está en ser selectivos y encontrar un balance, eligiendo ultraprocesados que faciliten opciones saludables en nuestra dieta.