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Sobreviven aferrados a un árbol durante la DANA: "Creí que no lo lograríamos"

2024-11-10

Autor: Ana

Las historias de heroísmo tras la DANA del 29 de octubre son impactantes y conmovedoras. Una de las más destacadas es la de Breinner Rodríguez, un joven venezolano de 24 años, que se convirtió en un símbolo de supervivencia esa noche fatídica. Breinner y un cabo de la Guardia Civil se aferraron a un árbol en Paiporta durante cinco horas, mientras la furia de la tormenta arrastraba todo a su paso y se llevaban consigo a muchos otros que no tuvieron la misma suerte.

Breinner, originario de Torrent y pintor de vehículos, salía de su trabajo a las 18:50 horas cuando la inundación los sorprendió. Pese a haber recibido advertencias de su pareja y su madre sobre la inminencia de la inundación, él no les creyó al ver que, en su ubicación, solo había viento. Fue cuando la luz se cortó que entendió la gravedad de la situación y decidió salir hacia la parada del metro.

Al acercarse, se dio cuenta de que el agua ya empezaba a subir, pero una vez más, pensó que no sería grave. Se encontró con un guardia civil que, al percatarse del peligro inminente, instó a Breinner a buscar refugio en un lugar alto. El joven, consciente de lo que se venía, le siguió. Sin embargo, en minutos, el agua ya les llegaba a las rodillas y la situación se volvía cada vez más crítica.

"Me mantuve calmado", cuenta Breinner. En esos momentos era más fuerte la necesidad de ayudar a otros que la de salvarse a uno mismo. Una vez en el árbol, comenzaron a intentar rescatar a otros a su alrededor, usando ramas largas con la esperanza de que alguien pudiera aferrarse. Sin embargo, todo tomó un giro más oscuro cuando escucharon un fuerte estruendo y la luz se apagó completamente, dejándolos sumidos en la oscuridad.

Con el nivel de agua llegando a su punto más alto, Breinner reconstruye esos momentos de terror: "Estábamos solos, rodeados de oscuridad y solo veíamos pasar cuerpos". Aunque las condiciones eran aterradoras, nunca perdió la esperanza. La comunicación por radio del guardia civil le daba algo de ánimo, pero a medida que el agua subía, también se intensificaba la desesperación.

La verdadera prueba de su resistencia llegó cuando una furgoneta de 700 kilos chocó contra el árbol. Breinner recuerda el momento en que pensó que todo estaba acabado: "Si el árbol se rompía, sabíamos que no teníamos posibilidades". Mientras sostenía al guardia detrás de él, la lucha por mantenerse a flote se volvió crítica. "Era una lucha constante entre la vida y la muerte", detalla.

Tras mucho sufrimiento, la marea finalmente comenzó a bajar, y con ello, su esperanza de vida resurgió. Salvaron sus vidas, pero no sin un costo emocional devastador. Al llegar tierra firme, Breinner se dirigió rápidamente a su trabajo para saber el estado de sus colegas, preocupado por aquellos que también estaban atrapados en la tormenta.

La DANA dejó a más de 210 fallecidos, lo que añade un nivel de tristeza e indignación al relato de supervivencia de Breinner, quien no solo logró sobrevivir, sino que también fue testigo de la vulnerabilidad humana frente a la naturaleza desatada. Su historia es un recordatorio de la fortaleza del espíritu humano y la importancia de creer en un futuro. Esta experiencia no solo transformó su vida, sino que también inspirará a muchos a prepararse para lo inesperado.