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Scholz se lanza a la campaña defendiendo la unidad en Alemania: ¿Podrá resistir la presión de la polarización?

2024-11-13

Autor: Carmen

El canciller socialdemócrata Olaf Scholz ha tomado la palabra este miércoles en el Bundestag, presentándose como el defensor de la unidad y la cohesión social en un país que se enfrenta a un aumento de la polarización y a la amenaza de fuerzas populistas. En medio de este panorama, su principal contrincante en las anticipadas elecciones del 23 de febrero, Friedrich Merz, líder democristiano, no ha tardado en acusar a Scholz de ser quien está dividiendo a Alemania.

La reciente ruptura de la coalición gubernamental ha dejado a Scholz en una posición de minoría, marcando el inicio de una campaña electoral totalmente atípica, adelantada medio año respecto a las expectativas convencionales. Cabe recordar que la última vez que se vivió una situación similar fue en 2005, cuando el socialdemócrata Gerhard Schröder perdió ante Angela Merkel, quien gobernaría durante 16 años.

La situación en Alemania es complicada, con la economía en recesión y la mirada internacional puesta en el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Merz, según los últimos sondeos, parte como favorito, aunque necesitará formar una coalición para obtener una mayoría parlamentaria. Las encuestas también prevén que la extrema derecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), podría alcanzar su mejor resultado desde la creación de la República Federal.

La presión se intensifica para Scholz, que enfrenta críticas incluso desde lo interno de su partido, con un respaldo que ronda el 15%, muy por detrás de los populistas. Su decisión de despedir, de manera sorpresiva, al ministro de Finanzas, Christian Lindner, y a otros miembros del gabinete, aceleró el colapso de la coalición, que debía finalizar en otoño de 2025.

El canciller se prepara para someter su gobierno a una moción de confianza el 16 de diciembre, que podría resultar en su derrota y la disolución del Bundestag. Ante este panorama, Scholz ha intentado distanciarse de la controversia política típica, buscando posicionarse como un líder que trasciende las luchas partidistas. Sin embargo, sus intentos de atraer la cooperación de los democristianos se han visto desafiados por un Merz decidido a no permitir que Scholz obtenga victorias legislativas en sus últimos meses de mandato.

"Los ciudadanos decidirán si elegimos la cohesión o la división", dijo Scholz en un intento de evidenciar que está consciente de la gravedad del momento. Merz, por su parte, no se ha quedado callado. "Usted es quien divide al país, señor canciller", le respondió con franqueza.

En un contexto donde el extremismo parece cobrar fuerza, la retórica política se intensifica. Scholz ha abogado por la inversión en seguridad y estabilidad económica, advirtiendo que ceder ante la polarización podría llevar a Alemania por un camino peligroso. Mientras su apoyo parece declinar, las voces dentro de su propio partido comienzan a cuestionar su liderazgo, sugiriendo al popular ministro de Defensa, Boris Pistorius, como una alternativa viable.

"Lo importante es mantener un enfoque pragmático frente a la crisis", aseguró Scholz, defendiendo la idea de que las divisiones ideológicas no deben obstaculizar el progreso social y económico. Sin embargo, Merz y su partido se preparan para un desafío monumental en su búsqueda de recuperar el poder, mientras la amenaza de la extrema derecha se cierne sobre el futuro político de Alemania.