En un acto calificado de "inhumano", Rusia intensificó sus ataques a Ucrania justo durante la Navidad, dejando a cientos de miles de personas sin calefacción y causando la muerte de al menos una persona. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó su indignación, afirmando que el ataque fue una elección deliberada de Vladimir Putin para arruinar las festividades. "¿Qué podría ser más inhumano que atacar en un día tan significativo para las familias?", manifestó Zelenski.

Desde el inicio de la guerra, los ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana se han intensificado, dañando cerca del 50% de su capacidad de generación de energía. Con temperaturas bajo cero en varias regiones, las consecuencias de estos bombardeos se han vuelto críticas. Maxim Timchenko, director de DTEK, la mayor empresa privada de energía en Ucrania, instó a los aliados a proporcionar sistemas de defensa aérea urgentes para proteger a millones de ucranianos.

El ejército ruso lanzó más de 70 misiles y 100 drones, de los cuales las Fuerzas Armadas de Ucrania lograron interceptar más de 50 misiles. Sin embargo, los ataques resultaron en el daño a instalaciones eléctricas fundamentales. En particular, la ciudad de Járkov fue reportada con varios heridos y un muerto en la vecina región de Dnipropetrovsk debido a un ataque a la infraestructura eléctrica.

Mientras los ucranianos se preparaban para su segunda Navidad bajo un nuevo calendario, muchos se vieron forzados a refugiarse en las estaciones de metro de Kiev debido a la activa alerta de ataques aéreos. Svitlana Onyshchuk, jefa de la región de Ivano-Frankivsk, condenó la falta de humanidad del gobierno ruso al atacar en un momento tan crítico para la comunidad.

La embajadora estadounidense, Bridget Brink, describió los ataques como "el regalo de Navidad de Rusia para Ucrania", subrayando que una vez más, Rusia utiliza el invierno como arma en su guerra. Este fue el decimotercer ataque a gran escala contra el sistema energético ucraniano en este año, que ha visto a Ucrania lidiando incesantemente con la destrucción de su infraestructura crítica. Los misiles de crucero Kalibr fueron lanzados desde el Mar Negro como parte de esta ofensiva.

En una respuesta a estos ataques, drones ucranianos han comenzado a realizar incursiones en las regiones rusas, generando tensiones adicionales. En Voronezh, el sistema de defensa aérea logró interceptar varios drones, mientras que en Kazán, las llegadas de vuelos internacionales fueron afectadas por las restricciones impostas por las autoridades locales debido a preocupaciones de seguridad.

El conflicto continúa dejando un saldo devastador en ambas naciones, mientras los enfrentamientos se intensifican en regiones con alta población rusófila. Con la expectativa de un cambio de liderato en Estados Unidos en enero, ambos bandos buscan reforzar sus posiciones, conscientes de que una posible mediación podría llegar pronto, pero sin claridad en los próximos pasos hacia una paz duradera.