Gabriel Rufián, un destacado político y ferviente aficionado del fútbol, ha hecho una declaración sorprendente sobre la contribución de los jugadores catalanes y vascos a la selección nacional de España. Conocido por ser un apasionado seguidor del Espanyol, Rufián no oculta su amor por el equipo, aunque admite haber enfrentado críticas por ello. "En mi partido, un compañero me advirtió que mi afición por el Espanyol podría costarme votos", comenta entre risas, subrayando que el apoyo a todos los equipos catalanes es esencial, más allá del FC Barcelona.

Además, Rufián se distancia de las etiquetas negativas, afirmando: "No soy anticulé, soy antifascista". Con un deseo ferviente de ver a Cataluña compitiendo en torneos internacionales, se imagina un día donde su región tenga la misma oportunidad que Escocia. "Si se diera un partido entre España y Cataluña, definitivamente apoyaría a mi país", declara con pasión.

No solo el fútbol le apasiona; Rufián también es un amante del atletismo, un deporte que practicó en su juventud. Aunque ahora corre de manera más recreativa, confiesa que está orgulloso de mantener un estilo de vida activo, haciendo rutas de hasta 12 kilómetros.

En cuanto a la selección española, conocida como "La Roja", Rufián no oculta su admiración por los logros pasados, pero sigue insistiendo en la necesidad de una selección catalana independiente. Al respecto, afirma de forma contundente: "Sin la participación de catalanes y vascos, España ni siquiera ganaría a Senegal".

Rufián también critica abiertamente la relación entre política y deporte, lamentando que algunos partidos ignoren los logros de los deportistas por su origen. Un ejemplo reciente fue la falta de soporte hacia la atleta Ana Peleteiro por parte de Vox, quien ha sido una voz activa contra la xenofobia. "Esto es miserable", opina Rufián, defendiendo un deporte inclusivo y un espacio para combatir cualquier tipo de discriminación.

Un momento impactante en la carrera de Rufián fue su comentario de que "soy del Espanyol y un poquito del Real Madrid", que dejó a muchos seguidores del Espanyol en estado de shock. Aunque aclara que no es socio del Real Madrid, reconoce su admiración por el espíritu competitivo de este club. A pesar de no venir de una familia futbolera, su interés por el fútbol intensamente táctico lo lleva a admirar a grandes entrenadores como Guardiola y Cruyff.

Finalmente, Rufián se muestra solidario con el joven talento del fútbol español, Lamine Yamal, quien ha enfrentado presiones y críticas por su origen, recordando que es especialmente valioso en un contexto político y social tan dividido como el español. Su apoyo a Yamal refleja su compromiso de estar al lado de quienes desafían las injusticias. En un panorama donde el deporte y la política se entrelazan, Rufián continúa defendiendo sus convicciones con valentía, posicionándose como una voz relevante en el debate sobre identidad, deporte y política en España.