¡Riesgos ocultos! Evitar el azúcar en los primeros mil días de vida podría ser la clave para prevenir la diabetes y la hipertensión
2024-10-31
Autor: Carlos
Restringir el consumo de azúcar durante los primeros mil días de vida, desde la concepción hasta los dos años, no solo es fundamental para el bienestar inmediato, sino que también puede ser una estrategia poderosa para combatir enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión en la vida adulta. Un estudio reciente publicado en la revista Science evidencia que el desarrollo temprano es un período crítico para la salud a largo plazo, y seguir una dieta inadecuada en esta etapa puede tener consecuencias desastrosas en la edad adulta.
Aunque las directrices dietéticas sugieren no agregar azúcar en los primeros años de vida, en países como Estados Unidos se observa una alarmante exposición a este ingrediente desde el útero, principalmente a través de la dieta materna, continuando durante la lactancia y la alimentación complementaria. Además, investigaciones indican que la mayoría de los bebés y niños pequeños consumen a diario alimentos y bebidas azucaradas, lo que puede tener efectos devastadores a largo plazo.
Para investigar los efectos ambientales del consumo temprano de azúcar, Tadeja Gracner y un equipo de científicos de varias universidades (incluyendo las de California del Sur, Berkeley, Chicago y McGill) analizaron el racionamiento de azúcar que tuvo lugar en el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial, un experimento natural que duró hasta 1953. Durante ese tiempo, las restricciones alimenticias limitaban el azúcar a niveles comparables a las recomendaciones actuales para embarazadas y niños pequeños. Sin embargo, una vez finalizado el racionamiento, el consumo de azúcar se disparó, duplicándose casi inmediatamente.
Los investigadores utilizaron datos del Biobank del Reino Unido para comparar la salud de quienes estuvieron expuestos y quienes no a estas restricciones en la etapa prenatal y durante la infancia. Los resultados fueron impactantes: aquellos que nacieron durante el período de racionamiento y estuvieron expuestos a bajos niveles de azúcar en sus primeros años de vida presentaron un 35% menos de riesgo de desarrollar diabetes y un 20% menos de riesgo de hipertensión. La aparición de estas enfermedades también se retrasó, en promedio, 4 y 2 años respectivamente.
El impacto protector del racionamiento fue particularmente notable en aquellos expuestos al azúcar restringido tanto en el útero como después del nacimiento, con una exposición prenatal aportando casi un tercio de la reducción del riesgo. Curiosamente, la restricción del azúcar pareció tener un efecto aún más significativo después de los seis meses de edad, coincidiendo con la introducción de alimentos sólidos.
Expertos en nutrición, como Jesús Francisco García Gavilán del CIBERObn, respaldan estos hallazgos, enfatizando la importancia de evitar el consumo de azúcares simples durante el embarazo y en la infancia. Sin embargo, el estudio tiene limitaciones; se centra únicamente en personas nacidas en el Reino Unido entre 1951 y 1956, un período en el que la disponibilidad y la variedad de productos ultraprocesados eran muy distintas a las actuales. Esto plantea interrogantes sobre la aplicabilidad de los resultados a las generaciones actuales.
Rafael Urrialde de Andrés, profesor en la Universidad Complutense de Madrid, advirtió sobre la necesidad de no solo restringir el azúcar añadido, sino también los azúcares libres provenientes de cualquier fuente durante los primeros mil días de vida. Esta restricción no solo puede prevenir enfermedades crónicas, sino también ayudar a combatir el creciente problema de la obesidad infantil y juvenil, que se ha relacionado con una variedad de problemas de salud más adelante en la vida. ¡Es un llamado de atención para padres y cuidadores sobre la importancia de la nutrición en los primeros años de vida!