Un estudio innovador del Royal Veterinary College (RVC) ha revelado que los marcapasos epicárdicos (EP) no solo salvan vidas, sino que realmente mejoran la calidad de vida de los gatos afectados por enfermedades cardíacas graves. Esta poderosa herramienta permite la estimulación cardíaca artificial (ACP) y resuelve de manera efectiva problemas como la bradiarritmia, que se caracteriza por una frecuencia cardíaca anormalmente lenta en felinos.

La investigación se extiende más allá de los gatos, ya que también ha demostrado beneficios similares en perros. Sin embargo, resalta la necesidad urgente de que los veterinarios consideren el ACP como el tratamiento de elección para las afecciones cardíacas en gatos, atendiendo así la creciente preocupación por su salud.

Tradicionalmente, la implantación de marcapasos epicárdicos ha sido una práctica poco común en gatos, quienes se pensaba toleraban mejor la bradiarritmia. Este estudio cierra la brecha en la literatura veterinaria y amplía el conocimiento sobre el procedimiento, brindando esperanza a muchos dueños de mascotas que enfrentan estos complejos problemas de salud.

Hasta ahora, este tipo de cirugía se había reservado para gatos con síntomas severos como pérdida de conciencia y letargo, pero los nuevos hallazgos demuestran que un marcapasos epicárdico puede ser una intervención quirúrgica altamente beneficiosa, proporcionando no solo una vida más larga, sino también más activa y feliz para nuestros amigos felinos.

El estudio fue dirigido por el reconocido profesor Matteo Rossanese, quien lidera un equipo de expertos en cirugía de tejidos blandos. Juntos, revisaron los registros médicos de 39 gatos tratados en cuatro hospitales veterinarios del Reino Unido, documentando sus complicaciones y el éxito del procedimiento.

Para medir las mejoras, se utilizó una innovadora encuesta de dos partes, centrada en la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Esta herramienta evalúa aspectos cruciales como la actividad física de los gatos, su disposición a jugar y, sobre todo, la satisfacción de los dueños con el tratamiento recibido.

Los resultados son contundentes: las razones principales para la derivación al RVC incluyeron episodios de colapso y bradicardia, siendo el bloqueo auriculoventricular de tercer grado el motivo más común para colocar un marcapasos. Después de la intervención, los propietarios informaron de una notable mejora en la condición general de sus gatos.

En resumen, los avances en la implantación de marcapasos epicárdicos ofrecen una nueva esperanza para los gatos con problemas cardíacos, transformando su calidad de vida y reafirmando la importancia de una colaboración integral entre veterinarios y especialistas en cardiología. ¡Un futuro esperanzador para nuestros fieles compañeros felinos!