La alimentación juega un papel crucial en la prevención de enfermedades cardiovasculares y patologías como el cáncer. Francisco Tarazona, un reconocido geriatra y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), enfatiza que "unos hábitos nutricionales adecuados, reduciendo el consumo de grasas saturadas y aumentando la ingesta de frutas, verduras y pescado, que son la base de la dieta mediterránea, pueden disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en personas mayores".

Además de preocuparse por un equilibrio nutricional, es esencial incluir grasas saludables, Omega-3 y antioxidantes en nuestra dieta. La dieta mediterránea, que ha ganado fama mundial por sus beneficios, se establece como la más recomendada.

José Abellán, especialista en Medicina Interna y director de la Cátedra de Riesgo Cardiovascular en la Universidad Católica de Murcia (UCAM), asegura: "Nuestra alimentación actual se aleja notablemente de lo aconsejado. La dieta mediterránea que heredamos de nuestros antepasados proporciona las mejores ventajas para la salud cardiovascular, pero, lamentablemente, no se sigue como debería". Critica que esta falta de adherencia es evidente incluso entre los jóvenes, quienes prefieren la comida rápida y los refrescos, en contraste con las generaciones mayores que disfrutan de una buena mesa y una copa de vino.

Es alarmante que la dieta mediterránea, que originalmente era una "alimentación de subsistencia, centrada en productos de temporada, mínimamente procesados y sin excesiva manipulación", haya sido olvidada. Abellán añade que "la gente solía comer lo que había, sin excesos, ya que se alimentaba para vivir y no vivía para comer, como sucede hoy en día donde todo se celebra con comida".

Asimismo, este especialista resalta que adoptar un modelo de alimentación basado en la 'comida del pobre' no solo reduce las complicaciones cardiovasculares, sino que también mejora la salud en general, impactando positivamente en el cáncer y otros parámetros metabólicos.

Por lo tanto, volver a nuestras raíces alimenticias podría ser una clave para combatir las crecientes estadísticas de enfermedades que afectan a la población, recordándonos que a veces, lo simple es lo más efectivo. ¡No te pierdas esta recomendación, que podría cambiar tu vida!