Ciencia

¡Revolución en la lucha contra el Alzheimer! Europa enfrenta un dilema vital sobre el medicamento lecanemab

2024-09-25

El lecanemab es el primer fármaco en varias décadas que ha demostrado efectos positivos en la lucha contra el Alzheimer, generando un profundo debate en la comunidad científica y médica. Este anticuerpo monoclonal ha sido aprobado para su uso médico en países como Estados Unidos, Japón y Reino Unido; sin embargo, a pesar de su aprobación, el sistema de salud británico ha decidido no financiarlo, argumentando que sus beneficios son insuficientes en comparación con su elevado costo de aproximadamente 24,000 euros al año por paciente. En contraste, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo rechazó en julio, al considerar que su capacidad para ralentizar el avance de la enfermedad en un 27% no compensa los riesgos asociados, que incluyen hemorragias cerebrales y la muerte de dos pacientes durante los ensayos clínicos.

El Alzheimer, que afecta a alrededor de 50 millones de personas a nivel mundial, está en aumento, especialmente con el envejecimiento de la población. Muchas organizaciones de pacientes ven en el lecanemab una esperanza, aunque su eficacia se limita a estadios muy tempranos de la enfermedad. Otro anticuerpo, el donanemab, que ofrece un 35% de reducción en el avance del Alzheimer, ha sido aprobado en EE.UU. pero aún está en evaluación en Europa.

En un giro inesperado, cuatro renombrados investigadores internacionales han enviado una carta abierta a un medio español para solicitar que Europa reconsidere su negativa y apruebe este tipo de medicamentos. La decisión de la EMA, según estos científicos, "niega a los pacientes y a sus médicos el acceso a tratamientos que podrían cambiarles la vida".

Curiosamente, el lecanemab se desarrolló en Europa. En la década de los 90, Lars Lannfelt, un investigador sueco, fundó una compañía destinada a desarrollar un anticuerpo monoclonal contra la beta-amiloide, una proteína que se acumula en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Con el tiempo, esa compañía fue adquirida por la farmacéutica japonesa Eisai, que junto a la estadounidense Biogen, lanzó al mercado el medicamento conocido como Leqembi.

El rechazo europeo está afectando no solo a los pacientes, sino también a la investigación sobre el Alzheimer dentro de la Unión Europea, que se está quedando atrás en este campo. Los investigadores destacan que, en el ámbito médico, un fármaco con la misma eficacia y efectos secundarios que el lecanemab sería fácilmente aceptado en otras áreas de la medicina donde no existen alternativas.

Además, hay un creciente temor de que se genere una desigualdad en el acceso a estos tratamientos. Los pacientes que puedan permitirse viajar a países donde se aprueben estos medicamentos tendrían acceso a ellos, mientras que el resto de la población quedaría excluida.

La presión por parte de las farmacéuticas para que se aprueben estos fármacos es intensa. Un precedente notable es el aducanumab, otro anticuerpo monoclonal cuyo proceso de aprobación estuvo rodeado de controversia, llevando incluso a la dimisión de varios expertos de la FDA en protesta por su aprobación.

Los conflictos de interés son otro de los factores que rodean el debate. Mientras la EMA se mantiene rigurosa vetando a científicos con vínculos con la industria farmacéutica en los paneles de evaluación, los firmantes de la carta apuntan que esta medida les impidió participar en la evaluación de lecanemab, a pesar de ser líderes en el estudio del Alzheimer.

Aún no hay suficientes datos para determinar si lecanemab tiene un impacto cognitivo significativo. Aunque el 27% de reducción en el avance de la enfermedad podría significar una ganancia de cinco meses en un periodo de un año y medio, la duración de estos beneficios sigue siendo incierta. Recientemente, las compañías de Leqembi presentaron nuevos datos que sugieren que la mejora cognitiva puede mantenerse con el tratamiento a largo plazo, pero estos resultados aún no han sido revisados por expertos independientes.

En ensayos anteriores, cerca del 12% de los pacientes mostraron anomalías en los escáneres cerebrales, que podrían llevar a complicaciones serias. Además, dos pacientes murieron como resultado del medicamento, aunque se señala que los efectos secundarios suelen ser temporales y manejables.

En Estados Unidos, el lecanemab tiene un costo de 26,500 dólares al año; sin embargo, su implementación ha sido lenta debido a dudas sobre su efectividad y los riesgos relacionados. Se estima que la introducción del Leqembi en Europa podría costar hasta 133,000 millones de euros, lo que plantea serias cuestiones sobre la viabilidad del tratamiento a gran escala en el continente.

Por otro lado, los críticos del medicamento advierten sobre la necesidad de un enfoque cauteloso debido a las posibles reacciones adversas, especialmente en un grupo de edad que podría vivir muchos años más. Raquel Sánchez del Valle, coordinadora de demencias de la Sociedad Española de Neurología, ha expresado la preocupación de que los pacientes no tengan acceso a estos tratamientos innovadores.

Al final, la comunidad científica y médica se enfrenta a un dilema ético y práctico. En qué medida el coste y la disponibilidad de estos medicamentos afectarán a las decisiones de tratamiento futuras y cómo garantizar que se trate a los pacientes de manera equitativa sigue siendo una cuestión crítica. ¿Podría Europa estar en riesgo de quedarse atrás en el tratamiento innovador del Alzheimer? La batalla por el lecanemab es solo el principio de lo que podría ser una 'guerra' en la lucha contra esta devastadora enfermedad.