Ciencia

¡Revolución en la agricultura! Científicos logran tomates más sabrosos sin sacrificar su tamaño

2024-11-13

Autor: Antonio

Un equipo de genetistas ha logrado un avance notable en la búsqueda de tomates que no solo sean grandes y llamativos, sino que también tengan un sabor excepcional. Este descubrimiento está vinculado a un hallazgo previo realizado por el biológo español Francis Mojica, quien identificó las 'tijeras' moleculares CRISPR, que permiten reescribir el ADN de diversas especies. Este trabajo no solo ha revolucionado la biología, sino que también ha abierto la puerta a mejoras significativas en la agricultura.

El científico chino Jinzhe Zhang lidera este proyecto innovador, que tiene como resultado tomates con un 30% más de azúcares (fructosa y glucosa) que su versión comercial actual, sin alterar su tamaño ni disminuir la cantidad de frutos producidos. Según Zhang, esto representa un sueño hecho realidad para muchos agricultores y gourmets por igual, ya que los tomates no solo se ven bien, sino que saben increíblemente deliciosos. Este hallazgo fue publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Nature.

Lo que es particularmente interesante de este avance es que se ha logrado al inactivar dos genes específicos (SlCDPK27 y SlCDPK26) que limitan la producción de azúcares durante el proceso de maduración del fruto. Sin embargo, Zhang aclara que esta modificación también implica una reducción en la cantidad y peso de las semillas, aunque asegura que su capacidad de germinación es completamente normal.

El tomate es considerado por muchos como un símbolo de la comida fresca y saludable, pero su historia no ha estado exenta de complicaciones. Desde su llegada a Europa en el siglo XVI, la agricultura ha priorizado el tamaño por sobre el sabor, resultando en frutos grandes pero insípidos que dominan los estantes de los supermercados. Este nuevo enfoque promete cambiar esa narrativa.

El director del Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen también ha compartido su ambición de trasladar esta tecnología a otras frutas populares como manzanas, peras y naranjas, todas relacionadas genéticamente con el tomate. Este interés en diversificar el uso de CRISPR ha generado colaboración con empresas globales, buscando crear variedades comerciales que podrían cambiar la percepción sobre el sabor de las frutas en el mercado.

Por otro lado, el renombrado genetista español Antonio Granell ha expresado su entusiasmo, aunque con una advertencia: aunque el nuevo tomate ha mostrado un aumento en los niveles de dulzura, todavía se encuentra lejos de alcanzar las cifras de dulzura de variedades tradicionales europeas. Granell está involucrado en un proyecto europeo de ocho millones de euros, destinado a desarrollar tomates más resistentes y sabrosos.

La calidad de los tomates no solo depende de la genética; técnicas de cultivo como la selección cuidadosa de riego y nutrientes han demostrado ser efectivas. Por ejemplo, el tomate Amela, cultivado en la cooperativa Granada La Palma, se vende a precios elevados, gracias a su dulzura excepcional, lograda a través de un riguroso control en su cultivo.

La comunidad científica está observando de cerca este desarrollo, pues representa una salida a un dilema que ha perseguido a los agricultores durante siglos: la dualidad entre tamaño y sabor. Rafael Lozano, un experto en genética de la Universidad de Almería, también ha utilizado CRISPR para explorar modificaciones en la acidez y la calidad nutricional de los tomates, resaltando que la búsqueda por un tomate sabroso y equilibrado continúa.

En resumen, mientras que este avance en la modificación genética de los tomates es una gran noticia para la agricultura, la conversación sobre el impacto de CRISPR en nuestros alimentos sigue abierta, prometiendo un futuro donde los tomates sean tan sabrosos como hermosos.