El asma es una enfermedad respiratoria que afecta a millones de personas en el mundo, especialmente a los niños, siendo considerada la enfermedad crónica más común en esta población según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2019, se registraron 262 millones de afectados y se estima que 455,000 personas perdieron la vida debido a complicaciones relacionadas. Esta alarmante cifra resalta la necesidad urgente de desarrollar tratamientos más efectivos que controlen los síntomas de esta patología.

Recientemente, un ensayo clínico de fase dos denominado ABRA, liderado por científicos del King's College de Londres y patrocinado por la Universidad de Oxford, ha revelado un importante avance en el tratamiento del asma. El medicamento benralizumab ha demostrado ser altamente efectivo para su uso en situaciones de emergencia, reduciendo significativamente la necesidad de tratamientos adicionales y hospitalizaciones en pacientes asmáticos. Este estudio multicéntrico se llevó a cabo en los hospitales del NHS en Oxford y Londres.

La inyección de benralizumab, administrada durante ataques de asma o exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ha mostrado ser un 30% más efectiva que el tratamiento estándar basado en esteroides orales como la prednisolona. Esta nueva opción se dirige a un tipo específico de exacerbación conocida como “exacerbación eosinofílica”, cuyos síntomas incluyen sibilancias, tos y opresión en el pecho, provocados por una elevada inflamación causada por los eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco que juega un papel crucial en la respuesta alérgica y la inflamación.

Es preocupante que estas exacerbaciones constituyan alrededor del 30% de los episodios de EPOC y casi el 50% de los ataques de asma, volviéndose más frecuentes con el tiempo y potencialmente provocando daño pulmonar irreversible. Durante más de medio siglo, el tratamiento de estos episodios se ha basado en esteroides, que aunque son eficaces, conllevan efectos secundarios graves como diabetes, osteoporosis y no siempre son bien tolerados por los pacientes, lo que puede resultar en hospitalizaciones repetidas e incluso la muerte.

La utilización de benralizumab se presenta como una solución innovadora y necesaria. Este anticuerpo monoclonal ataca específicamente los eosinófilos, y su eficacia ha sido evidente durante los ensayos clínicos. Los pacientes que recibieron una sola dosis de benralizumab mostraron una mejora notable en los síntomas respiratorios, como tos y dificultad para respirar, comparado con aquellos que no recibieron el fármaco. A los 28 días, aquellos bajo tratamiento con benralizumab registraron una disminución cuádruple en los fallos de tratamiento al compararlos con los que recibieron prednisolona y fueron menos propensos a requerir consultas adicionales o hospitalizaciones. Además, su calidad de vida mejoró notablemente.

La profesora Mona Bafadhel, principal investigadora del estudio, indicó que estos hallazgos “podrían cambiar las reglas del juego para pacientes con asma y EPOC”. Enfatizó que el tratamiento de estas enfermedades no ha evolucionado en 50 años, contribuyendo a múltiples muertes a nivel global. También, destacó que esto permitiría su administración en consultas médicas y servicios de urgencias, facilitando un acceso más rápido y eficiente al tratamiento.

Expertos como el Dr. Sanjay Ramakrishnan creen que este avance podría salvar vidas, algo que es esencial dado el alto número de decesos por afecciones pulmonares en el Reino Unido —donde una persona muere cada cuatro minutos por problemas respiratorios—, reafirmando la necesidad de más investigación en salud pulmonar. La Dra. Samantha Walker, de Asthma + Lung UK, comenta que aunque esto representa un gran avance, es imperativo incrementar los fondos destinados a la investigación para garantizar que todas las personas tengan pulmones sanos.

La prevalencia del asma ha ido en aumento en los últimos años, con un 10-13% de la población en países industrializados diagnosticada. En Europa occidental, la tasa se ha duplicado en la última década, lo que subraya la necesidad urgente de atención y prevención adecuadas. Se estima que el 27% de las personas asmáticas ha necesitado atención médica en el último año, lo que sugiere que el control clínico en esta población es inadecuado, tanto en Europa como en EE. UU.

Por lo tanto, la introducción de tratamientos como el benralizumab es crucial, pero también es necesario un enfoque más preventivo y una mejor segmentación de los pacientes que se beneficiarían de esta terapia innovadora. La comunidad médica espera ansiosamente futuros estudios que puedan ampliar la comprensión de estos tratamientos y optimizar su uso, brindando esperanza a millones que sufren diariamente de esta debilitante condición.