
Revelan el lado oscuro detrás de la moda del filtro Ghibli: ¿Estamos destruyendo el planeta sin darnos cuenta?
2025-04-07
Autor: Francisco
Recientemente, un nuevo filtro ha conquistado las redes sociales, permitiendo a los usuarios transformar sus fotografías en encantadoras imágenes al estilo de Studio Ghibli, conocidas por obras maestras como 'El viaje de Chihiro', 'Mi vecino Totoro' y 'El chico y la garza'. Sin embargo, hay un inquietante lado oscuro detrás de esta tendencia: el alarmante impacto ecológico que conlleva su uso. De hecho, generar una imagen con este filtro consume la misma cantidad de energía que gasta un hogar europeo en un día entero.
El impacto ecológico del filtro Ghibli
El uso generalizado de este filtro ha llevado a millones de usuarios a modificar sus fotografías, pero la moda va más allá de los dilemas éticos sobre el uso no autorizado de material protegido por derechos de autor. Expertos ya advierten sobre el gran costo ambiental asociado a esta práctica que, al inicio, parecía inofensiva.
Joaquín Rodríguez Álvarez, profesor del Máster en Inteligencia Artificial y Derecho Digital de la UAB, expone en una reciente entrevista que la generación de imágenes con inteligencia artificial requiere niveles de energía alarmantes. Además, este proceso exige grandes volúmenes de agua fría para enfriar los sistemas que generan tanto calor, lo que resulta en un mantenimiento costoso.
Ejemplos de esta enorme demanda energética son evidentes. Microsoft tiene un consumo equivalente al de Hong Kong solo en sus centros de datos, y Amazon, con sus nuevas instalaciones, consume lo mismo que una central nuclear media. Señala que “generar una imagen con el filtro de Studio Ghibli consume tanto como un hogar europeo en un día”, resaltando la magnitud del problema.
Lo preocupante es que este filtro no es el único culpable. Las consultas en plataformas como ChatGPT consumen hasta diez veces más energía que una búsqueda estándar en Google, y el creciente uso de la nube requiere un inmenso consumo energético para mantener sus servidores. Joaquín Rodríguez destaca que entre el 60% y el 80% de los datos almacenados en la nube nunca se volverán a usar, y que su ineficiencia energética podría resultar en un gasto equivalente al de Corea del Sur en solo diez años. Además, se estima que las criptomonedas y los NFTs generan un consumo energético comparable al de un hogar europeo durante seis meses.
¿Qué podemos hacer para ser más responsables?
Estas tecnologías emergentes, que alcanzan una popularidad viral, están erosionando las bases de acuerdos climáticos como el de París. Empresas como Google, que alguna vez fueron vistas como grupos neutrales en emisiones de carbono, comienzan a cuestionar su impacto real.
Finalmente, Joaquín Rodríguez apela a la responsabilidad de los usuarios: la población a menudo percibe estas innovaciones como regalos sin consecuencia ecológica, pero la verdad es otra: “Es fundamental encontrar un equilibrio entre el avance técnico y la sostenibilidad”, advierte. Sin un cambio en nuestra percepción y uso de la tecnología, los expertos advierten que nos podríamos estar dirigiendo a una situación irreversible por el daño al medioambiente.