La historia de España está marcada por un pasado oscuro bajo el régimen franquista, que ha dejado cicatrices profundas en la sociedad. Loreto Urraca, en un giro inesperado, se transforma en la figura que desafía el legado de su abuelo, Pedro Urraca, conocido como el 'cazador de rojos'. Este cambio de perspectiva se desata en una mañana de 2008, cuando Loreto descubre la verdadera historia de su abuelo a través de un artículo periodístico que la confronta con la realidad de su legado familiar.

Hasta ese momento, Loreto se había mantenido al margen de las cuestiones políticas, criada en un hogar donde la Guerra Civil nunca se discutió. Sin embargo, tras enterarse de la historia de su abuelo, un alto policía franquista que perseguía a figuras relevantes de la Segunda República, Loreto decide profundizar en la historia de España y la memoria histórica en la que su familia está inextricablemente vinculada.

Pedro Urraca, en su papel como agente del régimen, no solo supervisó la captura de figuras republicanas en el exilio, sino que también formó parte del esfuerzo de colaboración entre la policía franquista y las fuerzas nazis en Francia. Su participación en la detención de Lluís Companys, presidente de la Generalitat, es uno de los episodios más notorios de su carrera. Desde su arresto en 1940 hasta su entrega a las autoridades españolas, Pedro Urraca estuvo presente en momentos decisivos que marcaron el horizonte de la resistencia republicana.

Loreto, ahora activista comprometida con la verdad y la justicia, se enfrenta a un dilema emocional y ético, reflexionando sobre cómo su nombre está asociado con un legado de represión y caza de opositores. A lo largo de su investigación, se da cuenta de la magnitud de los crímenes cometidos durante el franquismo y siente la necesidad de confrontar esa realidad.

"Me tomó años aceptar esta carga familiar," confiesa Loreto. "Pero ahora entiendo que mi lucha es por las víctimas y sus recuerdos, por aquellos que no tienen voz en esta sociedad que aún guarda silencio sobre su sufrimiento." Su historia demuestra que el camino hacia la verdad y la reparación no solo se trata de buscar justicia para los que sufrieron, sino también de desmantelar el estigma de pertenecer a una familia que participó en esos atrocidades.

La importancia de su activismo se ha intensificado en un contexto donde las discusiones sobre memoria histórica están más presentes. Loreto alienta a otros descendientes de perpetradores a salir a la luz y hacerse parte de la lucha por la justicia. "No estamos solos," explica. "Formamos parte de un movimiento más grande que busca sanar y recordar a aquellos que fueron olvidados."

Hoy en día, el movimiento de Historias Desobedientes, del cual Loreto es una figura clave, está empezando a ganar reconocimiento en España. Juntos, están reescribiendo la narrativa histórica y rechazando el silencio que ha cubierto el pasado franquista de su país. Su valentía y determinación son un testimonio de que, aunque el pasado sea oscuro, cada paso hacia la verdad es un paso hacia la luz.