El 13 de junio redefinió la relación entre los fabricantes de automóviles y el Gobierno español. En ese momento, Wayne Griffiths, presidente de Anfac y CEO de Seat y Cupra, anunció su renuncia ante la falta de acción del Ejecutivo en el impulso del vehículo eléctrico. Con el inminente fin de las ayudas de compra el 31 de julio, la situación se tornaba crítica. Como respuesta a su renuncia, el Gobierno reaccionó rápidamente y aprobó un paquete de ayudas de 600 millones de euros para un sector que ha invertido miles de millones en la transición hacia los coches eléctricos, los cuales aún solo representan un 5% del mercado en 2023.

Ahora, el mando de Anfac ha pasado a manos de Josep Maria Recasens, quien es también director de estrategia y desarrollo de negocio del grupo Renault en España. En su primer encuentro con el presidente Pedro Sánchez, Recasens describió la reunión como muy positiva, destacando el interés del Gobierno por impulsar la transformación industrial y económica del país. Acordaron la necesidad de un plan consensuado para el futuro.

Durante la conversación, Recasens reveló que ya están en conversaciones para extender el actual programa de ayudas, conocido como Moves III, que expira a finales de este año. “Estamos confiados en que esta extensión se lleve a cabo, e incorporará modificaciones para que las ayudas sean directas, eliminando así la espera para clientes y empresas”, afirmó. Esta simplificación es clave para acelerar la adopción del coche eléctrico en el mercado español.

El nuevo presidente de Anfac también abordó la preocupación sobre la competencia desigual entre los fabricantes europeos y los chinos, refiriéndose a un informe de Bruselas que determinó que la competencia no es justa. Mencionó que el futuro del comercio se encuentra bajo amenaza si Europa decide cerrarse a inversiones y colaboraciones con China, destacando la dependencia del continente en materias críticas como el litio.

En cuanto a las estrictas normativas de emisiones de 2025, Recasens explicó que las marcas automovilísticas deben cumplir con un objetivo de venta del 20% de vehículos eléctricos para evitar significativas multas. Sin embargo, el actual porcentaje de ventas eléctricas está en un 14%, por lo que alcanzar esta meta parece una tarea monumental. Para lograrlo, estimó que se necesitarían unos 500.000 vehículos eléctricos adicionales en el mercado, lo que implicaría un costo de 3.000 millones de euros en subsidios.

Con la incertidumbre del mercado, donde se han visto fluctuaciones significativas en las matriculaciones de vehículos, incluyendo un buen desempeño de Tesla en septiembre, Recasens subrayó la importancia de la agilidad y la flexibilidad de las empresas para adaptarse a este entorno cambiante. Hizo hincapié en que tanto fabricantes como autoridades deben colaborar para crear un ecosistema favorable que permita a España no solo alcanzar sus metas medioambientales, sino también mantener la competitividad de su industria automovilística en un panorama global cada vez más desafiante.