Raphinha terminó el encuentro contra el Real Betis en un estado de indignación palpable. Al sonar el pitido final del árbitro, Gil Manzano, el atacante brasileño se acercó al colegiado con una mezcla de frustración y adrenalina, mientras Robert Lewandowski intentaba calmarlo haciéndole señas para que abandonara el campo y evitar un conflicto mayor. En un arrebato de enojo, Raphinha tomó un balón y lo disparó lejos del área, mostrando así su descontento.

Su enfado no terminó ahí. Al dirigirse hacia el túnel de vestuarios, se lanzó a increpar a uno de los árbitros, pero su compañero Marc-André ter Stegen, que estaba esperando a que el equipo regresara, lo detuvo para evitar que la situación se agravara. La escena resultó bastante curiosa ya que el portero alemán trataba de controlar a Raphinha, quien continuaba gesticulando y mostrando su descontento. Finalmente, Ter Stegen empujó amistosamente al internacional brasileño hacia otras instalaciones, tratando de calmar la tempestad.

Además, el entrenador Hansi Flick también se vio involucrado en el momento, intentando contener a Raphinha. En una declaración irónica durante la rueda de prensa, Flick comentó: "Estaba enfadado conmigo, no con el árbitro, me estaba gritando". Este incidente ha añadido aún más emoción a la temporada, que ya se encuentra en un punto crucial, y la reacción de Raphinha podría tener repercusiones tanto dentro como fuera del campo.

No obstante, no se ha registrado este hecho en el acta del partido, lo que deja espacio para especulaciones sobre posibles sanciones o advertencias futuras para el jugador. La pasión de Raphinha es bien conocida, y en un mundo donde las emociones son parte del juego, este tipo de reacciones son tanto comunes como cautivadoras para los aficionados.