En Chiclana, se han instalado recientemente cuatro nuevos radares para controlar la velocidad de los vehículos en varias calles del municipio. Esta decisión se lleva a cabo bajo la dirección de la Delegación municipal de Tráfico y Seguridad, que busca reforzar la seguridad vial en la localidad. Los nuevos dispositivos están ubicados en la calle Arenal, en el Callejón de los Frailes, en la calle Muleta y en la Avenida de la Diputación, cerca de las Bodegas Miguel Guerra, sumándose a los doce radares previamente instalados en otras zonas clave.

Sin embargo, la instalación de estos radares ha desatado críticas por parte del Partido Popular (PP) y algunas quejas en las redes sociales, donde los ciudadanos expresan su oposición a esta medida. En respuesta, José Vera, responsable de la Delegación de Tráfico, recalca que la implementación de estos controles de velocidad forma parte de un ambicioso programa de movilidad que busca aumentar la seguridad y mejorar la circulación en Chiclana. Entre otras iniciativas, se han realizado mejoras en el servicio de autobuses, nuevos permisos para taxis y ampliaciones de carreteras para optimizar la seguridad vial.

Uno de los puntos más álgidos de la discusión es la supuesta motivación recaudatoria del Ayuntamiento. Vera responde a las acusaciones del PP diciendo: "Nuestra misión es garantizar la seguridad de los ciudadanos, ya que el objetivo de estas medidas no es recaudar, sino sancionar a quienes incumplen la ley."

La controversia se intensifica, especialmente porque el PP ha criticado al gobierno municipal tanto por la falta de medidas preventivas ante accidentes como por la supuesta intención de obtener ingresos a través de las multas. Según Vera, el control de la velocidad es crucial para reducir los siniestros y accidentes graves, apoyándose en estudios que demuestran que la velocidad es un factor de riesgo significativo en las tragedias viales.

Además de los nuevos radares, se están probando zonas de bajas emisiones y se están creando espacios de estacionamiento regulado en la costa, en un esfuerzo por reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en la zona. La Delegación de Tráfico también está considerando la implementación de pasos peatonales iluminados y cámaras de control del tráfico para mayor seguridad.

En resumen, la instalación de los nuevos radares en Chiclana no solo tiene como finalidad el aumento de la seguridad vial, sino que también refleja un compromiso más amplio con la mejora de la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos. ¿Realmente son estos radares una medida de protección o simplemente un método más de recaudación? El debate está servido en la localidad.