Ciencia

¿Qué se siente y se piensa justo en el momento de morir?

2025-01-06

Autor: María

El momento de la muerte ha sido siempre un enigma para la humanidad. Aunque por ahora no tenemos respuestas definitivas sobre qué ocurre en ese instante, las investigaciones científicas han empezado a desvelar algunos secretos sobre lo que podría suceder dentro de nuestro cerebro durante los últimos momentos de vida.

¿Qué revela la ciencia?

Contrario a la creencia popular, el cerebro no se apaga de inmediato cuando el corazón deja de latir. Un estudio llevado a cabo en 2013 con ratas de laboratorio mostró que, justo tras un paro cardíaco, sus cerebros experimentaban un aumento inesperado de actividad. Más recientemente, investigadores lograron registrar la actividad cerebral de una persona en el momento de su muerte, descubriendo que, en los 30 segundos siguientes al último latido del corazón, se producían oscilaciones gama en el cerebro.

Estas ondas gama están vinculadas a funciones cognitivas complejas, como soñar, meditar y recordar. Esta actividad sugiere que nuestro cerebro se mantiene activo e incluso coordinado en la transición hacia la muerte, una revelación que invita a repensar nuestra comprensión del final de la vida.

Las experiencias cercanas a la muerte (ECM)

Personas que han estado cerca de morir han relatado experiencias similares, conocidas como “experiencias cercanas a la muerte” (ECM). Un estudio reciente sugiere que hasta un 20% de quienes sufren un paro cardíaco reportan algún tipo de ECM. Los relatos comunes incluyen la sensación de estar fuera del cuerpo, visiones de luces brillantes al final de un túnel, encuentros con seres queridos fallecidos y una profunda sensación de paz.

Los científicos creen que estas experiencias pueden estar relacionadas con la actividad cerebral, específicamente la falta de oxígeno y cambios químicos en el cerebro que acompañan a la muerte.

Los hallazgos sobre las ondas gama refuerzan esta teoría. Se sugiere que podrían estar relacionadas con las sensaciones percibidas por quienes sobreviven a un paro cardíaco, como la revisión de momentos significativos de la vida o esa reconfortante sensación de paz. Esto nos lleva a pensar que las ECM podrían no ser meras fantasías, sino fenómenos con base biológica.

Investigaciones reveladoras

Un estudio de la Universidad de Míchigan analizó a cuatro pacientes durante sus últimos momentos de vida. Los investigadores encontraron que, tras quitarles el soporte vital, dos de ellos mostraron un incremento en los latidos cardíacos y una notable intensificación de la actividad de ondas gamma en la corteza somatosensorial, un área del cerebro asociada con la conciencia, los sueños y las alucinaciones. Esta evidencia sugiere que, en los instantes finales, el cerebro podría estar reviviendo un último repaso de la vida, similar a lo que describen muchas personas que han tenido ECM.

¿Hay dolor al morir?

Los expertos coinciden en que es poco probable que experimentemos dolor en el momento de morir, gracias a procesos fisiológicos y neurológicos en curso. Un estudio ha demostrado cómo el cerebro libera neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonina, que no solo inducen sensaciones de tranquilidad, sino que también pueden disminuir la percepción del dolor.

A medida que nos acercamos a la muerte, la sensibilidad del cuerpo disminuye gradualmente. Los sentidos no desaparecen al mismo tiempo; por lo general, el hambre y la sed son los primeros en irse, seguidos por el habla y la visión. En el último momento, la audición y el tacto son los últimos en desvanecerse, lo que podría explicar por qué muchas personas son capaces de escuchar y sentir la presencia de sus seres queridos en esos instantes críticos.

La dignidad en el proceso de morir

Más allá del interés científico, estos hallazgos tienen profundas implicancias éticas y médicas. Entender lo que sucede en el cerebro durante los últimos momentos de la vida puede servir para mejorar los cuidados paliativos, asegurando que el proceso sea lo más pacífico y digno posible.

Además, este conocimiento plantea visiones sobre la definición del 'momento exacto' de la muerte, lo que resulta fundamental para decisiones de soporte vital y donación de órganos. Aunque estas investigaciones son preliminares, ofrecen una nueva perspectiva sobre lo que podríamos sentir al final de nuestra existencia.

Tal vez la lección más valiosa que podemos extraer de todo esto es la importancia de valorar cada instante de nuestra vida, ya que nunca sabemos cuándo será el momento de partir. Y al final, puede ser que nuestro viaje sea a través de recuerdos que marcan nuestra historia.