La batalla por la efectividad en medicamentos para la pérdida de peso ha cobrado protagonismo. La semaglutida, comercializada bajo las marcas Wegovy y Ozempic, promete no solo reducir los niveles de azúcar en sangre, sino también facilitar una significativa pérdida de peso en sus usuarios.

Un estudio revelador realizado por investigadores de la Clínica Cleveland establece que los pacientes que utilizaron semaglutida lograron un cambio de peso medio del -3,5 % con la dosis de mantenimiento. La semaglutida y la liraglutida (Saxenda y Victoza) son agonistas del receptor del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1 RA), utilizados para combatir la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Hamlet Gasoyan, principal autor del estudio, destaca que los resultados muestran variaciones significativas en la pérdida de peso a largo plazo, dependiendo del medicamento, la dosis, y la adherencia al tratamiento. Este estudio incluye a 3.389 pacientes adultos con obesidad que comenzaron su tratamiento entre 2015 y 2022, y el seguimiento se extendió hasta julio de 2023.

Los hallazgos son sorprendentes: el cambio de peso promedio a un año de tratamiento fue del -5,1 % con semaglutida en comparación con -2,2 % con liraglutida. Adicionalmente, aquellos que continuaron con su medicación durante el primer año experimentaron un cambio de peso del -5,5 %, mientras que aquellos con menor adherencia solo lograron -1,8 %.

Un aspecto inquietante sobre el uso de Ozempic es la reciente alerta del Departamento de Sanidad sobre la vigilancia de su venta en línea y los riesgos asociados a su mal uso. Esto resalta la importancia de obtener el medicamento a través de canales seguros y supervisados por profesionales médicos. Además, el estudio subraya que una pérdida de peso sostenida del 10 % o más puede ofrecer beneficios clínicamente significativos para la salud.

En cuanto a la efectividad a largo plazo, el 37,4 % de los pacientes tratados con semaglutida para la obesidad alcanzaron una reducción del peso corporal del 10 % o más, en comparación con solo el 14,5 % que usaron liraglutida para el mismo propósito. Los resultados también indicaron una tendencia de persistencia en el uso de semaglutida, ya que 45,8 % continuaron el tratamiento versus 35,6 % de los que recibieron liraglutida.

La investigación concluye que la adherencia a estos tratamientos es crucial para obtener resultados óptimos. Sin embargo, se señala que aún falta rigurosidad en el análisis de efectos a largo plazo y en la variabilidad individual. Las futuras investigaciones pretenden seguir explorando cómo estos medicamentos pueden ser utilizados de manera más efectiva, ayudando a gestionar expectativas de los pacientes y a mejorar la adherencia al tratamiento.

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