Finanzas

¿Qué es la "singularidad tecnológica" y por qué Sam Altman asegura que podría llegar en 2025?

2024-11-15

Autor: Manuel

Los avances en inteligencia artificial están sorprendiendo a muchos, pero Sam Altman, CEO de OpenAI, predice que pronto los chatbots quedarán obsoletos. En una reciente entrevista con Y Combinator, Altman no solo reflexionó sobre su trayectoria en el campo de la IA, sino que también mostró un optimismo sin igual al afirmar que podríamos estar a las puertas de la singularidad tecnológica en 2025. ¿Qué implica realmente esta afirmación?

La "singularidad tecnológica" es un concepto que describe un momento crucial en la historia humana donde el desarrollo tecnológico alcanza un hito sin precedentes. Según el filósofo Nick Bostrom, entramos en lo que se denomina una "explosión de inteligencia", donde las máquinas no solo igualan sino que superan la inteligencia humana, permitiéndoles mejorar su propia capacidad intelectual de manera exponencial.

Para muchos, la llegada de la inteligencia artificial general (AGI) está en el centro de la singularidad. La AGI se define como una IA capaz de realizar cualquier tarea cognitiva que un ser humano pueda hacer, y mientras que algunas voces prevén que su desarrollo podría ser un detonante para la singularidad, otros sugieren que avances en biotecnología, computación cuántica y redes de IAs podrían desempeñar un papel igualmente crucial.

Altman, en su entrevista, se mostró convencido de que la AGI podría concretarse para el año 2025, describiendo el camino hacia su creación como "básicamente claro". En septiembre de este año, ya había insinuado que la AGI podría ser una realidad en "unos pocos miles de días", dejando a muchos especulando sobre el impacto en la sociedad.

Sin embargo, el entusiasmo de Altman no es nuevo. En 2017, escribió un artículo titulado 'The Merge', donde especulaba sobre cómo la simbiosis entre humanos y máquinas ya estaba comenzando a gestarse, subrayando que nuestra dependencia de dispositivos como smartphones y redes sociales nos había llevado a un estado de control en el que estas tecnologías dictan gran parte de nuestras decisiones diarias.

Curiosamente, Altman también sugiere que esta inminente revolución de la AGI podría no tener el impacto transformador que muchos anticipan. En el Foro Económico Mundial de Davos, afirmó que aunque la AGI cambiaría nuestra productividad de manera radical, los efectos sobre el trabajo y la vida cotidiana serían mucho más sutiles de lo que se piensa. Justificó que la percepción general será que la AGI "llegó y se fue", sin una transformación radical en la sociedad.

Esta contradicción en su discurso genera interrogantes. Si la AGI es el catalizador de la singularidad tecnológica, ¿cómo puede ser que un incremento en el ritmo de la innovación no altere fundamentalmente nuestra forma de vida? Altman parece insinuar que ya estamos en medio de una transformación significativa, aunque las repercusiones no sean tan dramáticas como se prevé.

Mientras tanto, expertos como Ray Kurzweil insisten en que la singularidad desencadenará cambios sin precedentes en la sociedad. La incertidumbre sobre el futuro de la IA es palpable y, a medida que avanzamos hacia 2025, la pregunta persiste: ¿estamos preparados para la singularidad tecnológica, o será solo un paso más en la evolución de la inteligencia artificial?