La reciente macrooperación urbanística en Vía Hispanidad ha desatado la ira de los vecinos de la zona, quienes se oponen firmemente a la construcción de 470 pisos y un centenar de chalés en el área de Montecanal. Este martes, cerca de 200 habitantes se congregaron en la Iglesia de Santa Mónica, junto a La Romareda, para discutir su estrategia de resistencia contra un plan impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza.

El ambicioso proyecto no solo transformaría la dinámica del barrio al incrementar su población en 1.500 personas, sino que también implicaría el traslado del skatepark y los campos de fútbol del Hernán Cortés. Los vecinos han expresado su preocupación por el hecho de que, a pesar de los beneficios económicos para las arcas municipales —que se estima alcanzarán los 67 millones de euros—, el barrio podría perder servicios esenciales en pro de la edificación de inmensos bloques de entre 16 y 22 plantas, aunque el Ayuntamiento no ha confirmado oficialmente estas cifras.

En la reunión, los residentes manifestaron su rechazo a la eliminación de los equipamientos deportivos, argumentando que el plan no solo cambiaría la clasificación de suelos, sino que también podría llevar a un deterioro de la calidad de vida en la zona. Conscientes de la necesidad de actuar, los asistentes decidieron formar una asociación con el objetivo de canalizar su oposición y presentar alegaciones formales al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) una vez que se abra el periodo correspondiente para ello.

Además de buscar dialogar con diversos grupos políticos, los vecinos no descartan emprender acciones legales para defender sus derechos y preservar su comunidad. Aunque el Ayuntamiento argumenta que los equipamientos deportivos no desaparecerán, sino que solo cambiarán de ubicación, las familias que utilizan el campo de fútbol Hernán Cortés temen que el nuevo complejo esté demasiado alejado para ser accesible, afectando a los jóvenes de barrios cercanos como Delicias.

Este conflicto urbanístico plantea una gran interrogante sobre el futuro de Vía Hispanidad. La comunidad está decidida a luchar por un desarrollo urbano que respete sus necesidades y mejore la calidad de vida en lugar de sacrificarla en favor de beneficios económicos. ¡La batalla entre intereses urbanísticos y el bienestar de los ciudadanos no ha hecho más que comenzar!