Los expertos calman los ánimos al asegurar que el riesgo de infecciones en la región es bajo.

En medio de la crisis causada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), muchos voluntarios en Valencia y sus alrededores han tomado precauciones al presentarse a ayudar en las localidades más afectadas. Equipados con mascarillas y guantes, estos ciudadanos se han visto bombardeados por alertas en redes sociales sobre posibles infecciones.

Sin embargo, los profesionales de la salud han sido claros: «Los cadáveres en sí mismos no son infecciosos», lo que proporciona un leve alivio a la angustia de la población. Según los expertos, el verdadero peligro radica en el posible aumento de vector de enfermedades debido a las condiciones de insalubridad creadas por las inundaciones.

Aún así, se está instando a la población a mantener un ojo vigilante sobre la higiene y el manejo de residuos para prevenir cualquier eventualidad. En este sentido, se han tomado medidas para controlar la calidad del agua y la proliferación de mosquitos, que podrían ser portadores de enfermedades.

La DANA ha dejado huella en Valencia, y aunque la situación es extrema, no hay razones para entrar en pánico solo por el miedo a infecciones. Es crucial que los ciudadanos permanezcan informados y sigan las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Por último, las organizaciones de ayuda continúan movilizándose y recibiendo donaciones, resaltando la solidaridad de una comunidad que se une en tiempos de crisis.