El famoso productor musical Nacho Cano se encuentra en medio de una tormenta mediática tras ser llamado a declarar por presuntas irregularidades laborales en su espectáculo 'Malinche'. Hoy, se presenta ante la jueza María Inmaculada Iglesias Sánchez, quien investiga si Cano cometió delitos en relación con la contratación ilegal de becarios mexicanos en condiciones irregulares.

Cano llegó a los juzgados de Plaza de Castilla con una actitud relajada, mencionando que haría "el paripé un ratito" en su comparecencia. Sin embargo, lo que parecía ser una declaración sin importancia ha desencadenado una serie de eventos que ponen en tela de juicio la ética laboral en el mundo del espectáculo.

La investigación se centra en la denuncia de Lesly Guadalupe, una becaria mexicana que trabajaba en 'Malinche'. Según los informes, las condiciones laborales eran precarias, con jornadas que se extendían de las 7 de la mañana hasta la medianoche, y sin la compensación adecuada. Este testimonio fue respaldado por dos policías que afirmaron haber encontrado evidencia de explotación laboral y posibles violaciones a la ley de inmigración.

La situación se complica aún más ya que, según los agentes, Cano y otros tres directivos podrían haber permitido que estos becarios ingresaran a España como turistas y, posteriormente, los obligaron a trabajar. Este esquema podría constituir un delito grave y ha preocupado a muchos en la industria de las artes.

Parece que la defensa de Cano se enfrenta a una lucha cuesta arriba. Sus abogados han calificado el procedimiento judicial como un "esperpento", afirmando que se han violado sus derechos y que las preguntas durante la declaración fueron consideradas "impertinentes". No obstante, la magnitud del caso ha despertado la atención de medios y del público, generando un debate sobre los derechos laborales de los artistas y los becarios extranjeros.

Además, el caso de Nacho Cano resalta un problema más amplio en la industria del entretenimiento, donde se cuestiona la explotación laboral de jóvenes talentos y la legalidad de las prácticas de contratación. Muchos se preguntan: ¿Cuántas historias más habrán detrás de las luces del escenario? Este escándalo podría ser solo la punta del iceberg, llamando a la reflexión sobre la necesidad de proteger a todos los trabajadores en el sector cultural.