Un desastre sin precedentes. Si Gipuzkoa experimentara una gota fría similar a la que arrasó Valencia esta semana, donde se registraron hasta 600 litros por metro cuadrado, las consecuencias serían catastróficas. La tragedia en Valencia ya ha dejado 211 muertos y miles de llamados en busca de desaparecidos. Según los expertos consultados, ninguna zona está preparada para soportar tal cantidad de agua en tan corto tiempo, a pesar de las medidas de contención implementadas en los últimos años. La región afectada en Valencia ocupa una extensión simultánea a la distancia entre Donostia y Azpeitia, llegando hasta Lekunberri y extendiéndose hacia Bizkaia, lo que sugiere que más de la mitad del territorio podría verse anegado.

El daño material sería devastador e incalculable. Es crucial tener un sistema de alertas eficiente que evite que las personas salgan de sus hogares durante tales crisis, previniendo así la pérdida de vidas. Pero ¿cuál sería el alcance de una DANA de este tipo en Gipuzkoa? Las zonas más vulnerables, identificadas por la Agencia Vasca del Agua (URA) y Euskalmet, incluyen áreas como el paso del Oria en Tolosa, el del Urola en Azpeitia y, en menor medida, el Deba en Elgoibar.

El director de Planificación de URA, José María Sanz de Galdeano, resalta que aunque Gipuzkoa ha avanzado significativamente en la gestión de sus ríos, una lluvia de 600 litros causaría una devastación casi inevitable. La Agencia ha trabajado en los cauces fluviales problemáticos, y se han invertido hasta 40 millones de euros para mitigar riesgos, especialmente en el Urumea. Sin embargo, en situaciones extremas, las áreas más vulnerables seguirían siendo afectadas.

Es esencial mencionar que la Agencia también tiene proyectos en marcha para mejorar las infraestructuras fluviales en Tolosa, Azpeitia y Elgoibar. Esto es parte de un esfuerzo continuo por reducir el riesgo de inundaciones en zonas históricamente propensas a estos fenómenos.

Sanz de Galdeano enfatiza la importancia de la coordinación en la respuesta ante emergencias. La predicción meteorológica de Euskalmet es el primer paso, seguida por una evaluación hidrológica por parte de URA, que luego se comunica a la Dirección de Atención de Emergencias. Los niveles de alerta se establecen con un sistema de códigos de colores que es bien conocido entre la población vasca.

En el caso de que se produjera una DANA como la de Valencia, la situación en Gipuzkoa podría volverse crítica. La diferencia de contextos climáticos entre la Comunidad Valenciana y Euskadi es notable. Aunque Gipuzkoa recibe más precipitación a lo largo del año, nunca se ha declarado una alerta roja por lluvias en los últimos trece años, a pesar de que sí se han visto alertas por incendios o temperaturas extremas.

Cada vez que ocurre un evento significativo de lluvia, es importante recordar que el embalse de Añarbe, el más grande de Gipuzkoa, tiene protocolos específicos para gestionar episodios de precipitaciones intensas. Mantener un nivel de reserva es crucial para minimizar riesgos. De hecho, se han registrado picos de hasta 244 litros en 24 horas, y episodios anteriores han superado los 300 litros en cortos períodos.

Por último, es vital recalcar que, aunque se han hecho mejoras significativas en la infraestructura fluvial y el manejo del agua, el "riesgo cero" no existe. Es un recordatorio de que la naturaleza puede ser impredecible, y las comunidades deben estar preparadas para lo inesperado. Las lluvias extremas son un recordatorio constante de la necesidad de un enfoque proactivo en la gestión del agua y la preparación ante desastres.