Ciencia

Pere Mir: El Titan de la Filantropía Científica en Catalunya

2025-04-18

Autor: Laura

Un Legado de Generosidad

Barcelona brilla como la capital científica del sur de Europa, y gran parte de este esplendor se debe a las generosas donaciones de Pere Mir, un mecenas incansable. A través de la Fundación Cellex, Mir ha revolucionado la investigación en biomedicina y fotónica, dejando una huella indeleble.

De Químico a Filántropo

Nacido en 1919 en Barcelona, en el seno de una familia de marineros del Maresme, Pere Mir se formó como químico, descubriendo una innovadora técnica para extraer formaldehído de la madera. Esta invención catapultó a su empresa, Derivados Forestales, convirtiéndola en un gigante productor de derivados del formaldehído. Gracias a su éxito, Mir acumuló una fortuna que decidió usar para el bien común.

La Fundación Cellex y Su Impacto

En los años 70, Mir estableció la Fundación Mir Puig, enfocada en canalizar sus donativos. Ya en los 80, comenzó a financiar la investigación biomédica, ayudando a figuras destacadas como el cardiólogo Valentín Fuster y el oncólogo Joan Massagué. Su colaboración fue clave para transformar el hospital Vall d'Hebron en un referente internacional en el tratamiento del cáncer.

Pasión por la Ciencia

La curiosidad de Mir no conocía límites. Se entusiasmaba con los avances de la mecánica cuántica, desafiando a físicos como Ignacio Cirac y Lluís Torner con acertijos matemáticos. Para él, la ciencia no solo era fascinante, sino vital para el progreso económico y social.

Innovaciones en Biomedicina

A partir de 2003, cuando dejó su actividad empresarial, fundó la Fundación Cellex para coordinar sus donaciones. Con un enfoque en la eficiencia, esta institución ha financiado proyectos y equipamientos en los principales hospitales de Barcelona, como Vall d'Hebron y el Clínic. Entre sus mayores aportaciones se encuentran la construcción del Instituto de Oncología Vall d'Hebron y del Centro de Investigación Biomédica Cellex.

Contribuciones a la Fotónica

En el ámbito de la fotónica, la Fundación Cellex ha sido fundamental en el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), donde su apoyo ha permitido la construcción de dos edificios y la creación de programas para jóvenes científicos con alto potencial.

Una Visión para el Futuro

Mir anticipó que sus fundaciones no generarían recursos propios. Diseñó un plan para que, al agotarse su patrimonio, las fundaciones se disolvieran. En su testamento, dejó instrucciones precise para cumplir sus compromisos, asegurando que sus donaciones no cesarían abruptamente.

Inversiones en Educación

El compromiso de Pere Mir con la educación era profundo. Reconocía cómo su formación lo transformó en un innovador y empresario exitoso. En 2004, su apoyo al Centre de Formació Interdisciplinària Superior (CFIS) de la UPC permitió a estudiantes talentosos cursar dobles carreras en ingeniería y matemáticas.

Un Legado Durable

Asimismo, la Fundación Cellex ha facilitado numerosas becas y programaciones educativas en matemáticas y ciencias, preparando a jóvenes para competencias internacionales. Pere Mir no solo dejó una herencia financiera, sino un legado de oportunidad y conocimiento que seguirá beneficiando a futuras generaciones.