¡Perdonar puede cambiar tu vida! Reduciendo la ansiedad, la depresión y mejorando el sueño
2024-11-04
Autor: Laura
Rocío Mendoza Madrid
El acto de perdonar trasciende lo que tradicionalmente se describe en catequesis o lo que los padres instan a sus hijos a hacer tras una ofensa: «¡Pídele perdón!». Perdonar es una capacidad intrínseca del ser humano que busca, ante todo, la paz, tanto personal como colectiva. Este fenómeno ha sido examinado a lo largo de la historia desde diversas disciplinas, incluyendo la filosofía, la antropología y la psicología.
La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) está liderando un movimiento para revalorizar el perdón en nuestra sociedad actual, creando este año el primer Instituto del Perdón en España. Según Saray Bonete, investigadora de la institucición, el objetivo es explorar los beneficios psicológicos del perdón desde una perspectiva científica.
Clara Molinero, quien se ha enfrentado a la práctica del perdón en su experiencia como terapeuta en el International Forgiveness Institute, está decidida a integrar estos principios en diversos contextos: laborales, institucionales, académicos y personales. Este enfoque puede ser especialmente útil en un mundo tan polarizado como el que vivimos.
Para aquellos que están dispuestos a emprender este proceso, el primer paso es comprender correctamente qué es el perdón. Robert Enright, pionero en el estudio del perdón, lo describe como «el regalo de restaurar a la otra persona su lugar en nuestro corazón, sin importar los actos que hayan cometido». Es fundamental reconocer la dignidad de la persona que nos ha ofendido, más allá de sus acciones.
El perdón no siempre es recíproco, es decir, no se necesita una disculpa explícita del ofensor. Este acto puede también dirigirse a personas que han fallecido, convirtiéndose en un proceso sanador interno. Sin embargo, es crucial entender que perdonar no equivale a olvidar o justificar el daño; son conceptos muy diferentes. A menudo, la ira y el deseo de venganza pueden perjudicar nuestro bienestar físico y psicológico, siendo la ira un enemigo silencioso que nos enferma.
Los talleres en el Instituto del Perdón han mostrado resultados prometedores: aquellos que participan reportan una disminución de la ira y el resentimiento, junto a un aumento en la autoestima y la esperanza. El perdón no solo se presenta como un bálsamo para la salud mental, también tiene implicaciones directas en el sueño. Mala calidad del sueño puede estar relacionada con sentimientos de rencor no resueltos; aprender a perdonar puede aportar una paz interior que mejora nuestra calidad de descanso.
Además, el acto de perdonar puede restaurar relaciones, particularmente entre los jóvenes. En una época donde las amistades parecen volverse más superficiales, la capacidad de perdonar puede ayudar a construir lazos más profundos y significativos.
Existen críticas hacia el perdón. Algunos abstienen de practicarlo por temor a aparecer como vulnerables o blandos. Sin embargo, Bonete destaca que esta práctica fortalece el carácter, ordena prioridades y promueve un entorno más pacífico. En un mundo donde prevalece la cultura del odio, fomentar la cultura de la paz podría transformar drásticamente nuestras dinámicas sociales, laborales y familiares.
Entonces, ¿es difícil perdonar? De acuerdo con quienes han sido entrenados en esta práctica, es liberador. Muchos afirman que no podían imaginar su vida antes de adoptar esta perspectiva. En un contexto lleno de tensiones, aprender a perdonar puede ser la clave para mejorar no solo nuestra calidad de vida, sino también la de quienes nos rodean. ¡Atrévete a dar el paso hacia el perdón y descubre un mundo nuevo!