Este domingo, París se prepara para un intenso despliegue de seguridad debido a dos protestas opuestas relacionadas con la reciente condena por corrupción de Marine Le Pen, líder del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN). La condena, pronunciada el 31 de marzo, ha desatado un torrente de reacciones en todo el país.

Se prevé que alrededor de 8.000 simpatizantes de Le Pen se reúnan en la plaza Vauban a partir de las 15:00 horas, para expresar su rechazo a lo que ellos llaman "la politización del sistema judicial". Esta condena, que inhabilita a Le Pen durante cinco años, le impide presentarse a las elecciones presidenciales de 2027, a menos que su apelación sea resuelta a su favor.

El gobierno francés ha decidido implementar un amplio operativo policial para mantener el orden y prevenir enfrentamientos entre los manifestantes de la Agrupación Nacional y sus opositores, quienes tienen planeadas protestas simultáneas para rechazar la influencia de la extrema derecha en la política francesa. Algunas de las principales vías de la ciudad serán cerradas para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y prevenir cualquier altercado.

Expertos en política advierten que estos eventos reflejan la polarización creciente en la sociedad francesa. Los manifestantes tanto a favor como en contra de Le Pen han prometido hacer resonar sus voces en un contexto de tensiones políticas intensas, mientras el país se aproxima a las elecciones europeas del próximo año. La vigilancia en París será intensa, y se espera que las autoridades mantengan un seguimiento exhaustivo de todas las actividades relacionadas con ambas protestas.

La población está más dividida que nunca, y este día en París podría ser un punto de inflexión en el clima político del país.