En el último año, medicamentos como Ozempic han pasado de ser prácticamente desconocidos a ser protagonistas en las conversaciones de muchas personas. ¿El motivo? El uso de estos fármacos por celebridades y personas influyentes que buscan perder peso rápidamente ha provocado incluso desabastecimientos en algunos países, donde estos tratamientos están aprobados para personas con diabetes o problemas de obesidad.

Detrás de cada titular y cada foto del "antes y después" hay una considerable base científica. Expertos recalcan que principios activos como la semaglutida y la tirzepatida, presentes en medicamentos como Ozempic, Wegovy y Mounjaro, podrían marcar un cambio importante en la lucha contra la obesidad, una enfermedad crónica muy compleja.

"Hay una gran confusión y somos conscientes de ello", comenta el Dr. Cristóbal Morales, jefe de la Unidad de Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Señala que existe desinformación sobre qué son estos principios activos y para quiénes están realmente indicados.

La endocrina Inka Miñambres, miembro del comité gestor de la SEEN, detalla que la semaglutida está autorizada para personas con diabetes tipo 2 y con sobrepeso, además de para aquellos que padecen obesidad con o sin enfermedades asociadas. Esta droga se comercializa en España desde hace años.

¿Pero qué diferencia hay entre semaglutida y tirzepatida? Ambas son agonistas del receptor GLP-1, que ayuda a regular la glucosa. Ozempic, el más conocido, se lanzó en España en 2019, mientras que Wegovy, que permite dosis más altas, llegó en mayo de este año. Wegovy se indica para personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27 con condiciones relacionadas o superior a 30, pero siempre requiere un estilo de vida saludable adicional.

Recientemente, Mounjaro empezó a comercializarse en España, actuando como un coagonista que no solo se centra en el GLP-1, sino también en el GIP, lo que promete un efecto más potente. Según estudios preliminares, Mounjaro podría resultar más efectivo que la semaglutida en cuanto a pérdida de peso.

El impacto de estos fármacos va más allá de solo reducir el peso. Investigaciones recientes demuestran que también podrían mejorar aspectos de salud que suelen complicarse con la obesidad, como enfermedades cardiovasculares y complicaciones metabólicas. Morales observa que con Wegovy se superan barreras del 15% de pérdida de peso a largo plazo, y Mounjaro supera el 20%, lo cual podría traducirse en largos años de vida saludable.

Sin embargo, no todo es positivo. A medida que estos fármacos ganan popularidad, también aumentan las advertencias sobre sus efectos secundarios. Miñambres comenta que las principales contraindicaciones son antecedentes de hipersensibilidad y su uso durante el embarazo. Además, se han observado efectos gastrointestinales como náuseas y diarreas, aunque por lo general son leves y disminuyen con el tiempo.

Por otro lado, Morales enfatiza que el uso de estos tratamientos debería ser supervisado por equipos médicos especializados en obesidad. "Esto no es píntate y olvídate. De lo contrario, puede conducir a fracasos y complicaciones más serias". Es primordial que estos medicamentos se utilicen de forma responsable y se acompañen de un cambio real en los hábitos de vida.

La obesidad debe ser tratada desde un enfoque integral, que incluya atención médica y apoyo psicológico, ya que a menudo viene acompañada de estigmas sociales que afectan la autoestima de quienes lo padecen. En un futuro no muy lejano, estos fármacos podrían ser la respuesta perfecta para millones que luchan con este complicado problema de salud.