Finanzas

¡No puedes creer que las baterías de coches eléctricos con el 80% de capacidad no se reciclen! Aquí está la verdad

2024-09-15

La transición hacia energías más limpias y sostenibles no solo se centra en la producción de energía, sino que también enfrenta el gran desafío de cómo gestionar las baterías de vehículos eléctricos una vez que ya no son eficaces en su uso original. Rocío Palomino, experta en almacenamiento de Capital Energy, una de las empresas más relevantes en el panorama de energías renovables en España, ha lanzado una fuerte advertencia: "No es asumible tirar baterías de coches eléctricos que aún mantienen el 80% de su capacidad".

En un evento reciente en San Sebastián, Palomino subrayó la urgencia de desarrollar un sector sólido de reciclaje y reutilización de baterías. Esto no solo tendría un impacto ambiental positivo, sino que también impulsaría la economía y el desarrollo tecnológico en el país. Este encuentro, conocido como Zirkular Bat, reunió a más de un centenar de expertos internacionales que discutieron el futuro de la economía circular en relación con las baterías.

Se estima que una batería de coche eléctrico tiene una vida útil mínima de ocho años o 150,000 kilómetros, lo que equivale a aproximadamente 3,000 ciclos de carga. Después de ese tiempo, su capacidad se reduce entre un 20% y un 25%, lo que significa que todavía podría funcionar a un 75% u 80% de su capacidad original. Sin embargo, la falta de concienciación sobre el valor de estas baterías en su vida posterior lleva a que muchas de ellas sean tratadas como residuos, cuando en realidad podrían reutilizarse para almacenar energía renovable, como la generada por paneles solares o turbinas eólicas.

La intermitencia y dependencia de las condiciones climáticas representan uno de los mayores obstáculos para la adopción de energías renovables. Por lo que las baterías, incluso tras su uso en vehículos, pueden ser una solución clave para almacenar la energía excedente producida en días soleados o ventosos, evitando su desperdicio.

Para que este crecimiento en el reciclaje y reutilización de baterías sea posible, Palomino señala la necesidad de un marco regulatorio adecuado y estable, que brinde certidumbre a los inversores y facilite el acceso a financiamiento. Además, es crucial la estandarización de las baterías por parte de los fabricantes, ya que cada uno diseña módulos diferentes. Esto no solo complica la adaptación de las baterías para su segundo uso, sino que también incrementa los costos de su reutilización.

Por otro lado, es alentador saber que ya existe un mercado donde las empresas pueden adquirir baterías usadas. Sin embargo, la falta de un enfoque sistematizado sobre cómo darles una segunda vida sigue siendo un desafío. Este es el momento de repensar cómo gestionamos nuestros recursos y cómo podemos capitalizar las oportunidades que nos ofrecen las tecnologías de almacenamiento.