La investigación reciente ha revelado una alarmante conexión entre la enfermedad cardiovascular (ECV) y el cáncer de mama, especialmente en mujeres que ya padecen de problemas cardiacos. Según un estudio llevado a cabo por investigadores del prestigioso Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, las mujeres con antecedentes de ECV tienen un 10% más de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de mama en etapas avanzadas en comparación con aquellas sin dicha enfermedad. Esta cifra se eleva al 11% para pacientes con un subtipo de cáncer de mama receptor hormonal positivo (HR+) y HER2 negativo (HER2-).

El Dr. Kevin Nead, profesor adjunto de Epidemiología y Oncología Radioterapéutica, explica que "la enfermedad cardiovascular puede inducir un estado inmunosupresor, lo que podría acelerar el crecimiento y la expansión de las células tumorales de mama". Esta información subraya la urgencia de repensar las estrategias de detección para este grupo vulnerable.

En este estudio, se analizaron más de 19,000 mujeres con una edad media de 73 años, comparando la presencia de ECV entre aquellas con cáncer de mama en etapas tempranas (I-II) y avanzadas (III-IV). Los resultados fueron claros: un 49% de las participantes tenía antecedentes de ECV, y el riesgo se observó en pacientes tanto con cáncer localmente avanzado como con metástasis.

Los datos se extrajeron de las bases de datos de Medicare entre 2009 y 2020, y el análisis se completó entre mayo de 2023 y agosto de 2024. Sin embargo, los autores advierten sobre las limitaciones del estudio, indicando que se trata de un análisis observacional que no puede establecer causalidad directa y que puede ser susceptible a sesgos.

La importancia de estos hallazgos radica en la posibilidad de desarrollar estrategias personalizadas de detección. El Dr. Nead concluye que "este estudio podría contribuir a ofrecer información valiosa para implementar exámenes de detección de cáncer de mama más frecuentes y precoces en mujeres con antecedentes de ECV, permitiendo detectar la enfermedad en etapas más tratables."

Por tanto, esta investigación no solo destaca la necesidad de la detección precoz, sino también la importancia de una mayor concienciación médica en la interrelación entre la enfermedad cardiovascular y el cáncer. Las mujeres con factores de riesgo deberían hablar con sus médicos sobre un plan de detección más agresivo, potencialmente salvando vidas en un mercado de salud donde cada día cuenta.