El mundo del fútbol está de luto. Este jueves, Leo Beenhakker, un pilar fundamental del Real Madrid y uno de los entrenadores más destacados de finales del siglo XX, falleció a los 82 años. La triste noticia fue confirmada por su familia en medios neerlandeses.

Con su liderazgo inigualable, Beenhakker guió a La Quinta del Buitre hacia la gloria, conquistando tres Ligas consecutivas entre 1986 y 1989. Bajo su mando, el equipo también se alzó con la Copa del Rey en 1989 y las Supercopas de España de 1988 y 1989, dejando una huella imborrable en la historia del club.

A lo largo de su carrera, Beenhakker fue conocido no solo por sus tácticas brillantes, sino también por su inquebrantable pasión por el fútbol, que a menudo se reflejaba en su hábito de fumar en el banquillo. Antes de su célebre etapa en el Madrid, había tenido su primera experiencia en España con el Real Zaragoza, donde dirigió entre 1981 y 1984.

Su regreso a Chamartín en 1991, aunque breve, dejó recuerdos duraderos, incluyendo decisiones controvertidas, como la de dejar a Emilio Butragueño en el banquillo durante un crucial partido de cuartos de final en 1989.

Además de su exitoso paso por el Madrid, Beenhakker tuvo una notable carrera internacional. Fue seleccionador de Países Bajos, así como de Arabia Saudí, Polonia y Trinidad y Tobago. Se retiró del fútbol profesional en 2018, tras un periodo como asesor deportivo en el Sparta de Rotterdam.

El legado de Leo Beenhakker perdurará en la memoria de todos los aficionados al fútbol. Descanse en paz, maestro.