Este martes, el Partido Popular (PP) movilizó toda su fuerza en el Senado contra la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Ocho representantes del PP intentaron acorralarla en la sesión de control, planteando cuestiones sobre la financiación autonómica, la incertidumbre de los Presupuestos y la situación fiscal del hermano del presidente del Gobierno. Montero, fiel a la estrategia de que la mejor defensa es un buen ataque, mantuvo un intenso debate que duró dos horas.

La vicepresidenta ofreció al PP una negociación 'discreta' para trabajar en un nuevo modelo de financiación autonómica, pero no recibió respuesta. Durante este cruce de acusaciones, los senadores del PP arremetieron con críticas duras, sugiriendo que Montero era la consejera de la familia Sánchez y cuestionando la verdadera preocupación del Gobierno en torno a la política de vivienda.

Un momento especialmente polémico fue cuando Salvador de Foronda insinuó que el jefe del Gobierno catalán, Salvador Illa, prometió a Jordi Pujol que su expediente por defraudación sería desestimado en el futuro. Montero se mostró perpleja ante tal acusación, señalando la gravedad de lo manifestado.

No todos los senadores del PP optaron por el tono agresivo; algunos, como Gerardo Camps, se centraron en la relación del Gobierno con las comunidades autónomas, criticando el acuerdo 'singular' logrado entre socialistas y ERC para Cataluña. Montero defendió que este pacto incluye compromisos de solidaridad hacia el resto del país. Camps, a su vez, rebatió que cualquier privilegio a una comunidad afecta negativamente a las demás, cuestionando la transparencia de las negociaciones del Gobierno.

Ante la insistencia del PP de acordar un modelo de financiación consensuado, Montero propuso discusiones más reservadas entre el Ejecutivo y la dirección del PP para evitar que los intereses de los barones regionales influyeran en el proceso. Esta sugerencia causó revuelo entre los populares, quienes parecen estar divididos en su enfoque.

El debate también puso de relieve el contraste entre las posturas del PP en la oposición y su enfoque actual. En su tiempo como líder de la oposición, Pedro Sánchez había declarado que 'un Gobierno sin Presupuesto es como un motor sin gasolina', un argumento que los representantes del PP sacaron a relucir ahora en contra del Ejecutivo actual. Además, mencionaron que no deberían existir concesiones específicas para Cataluña que no se aplicaran a otras comunidades.

Montero recordó que la situación había cambiado, defendiendo que la necesidad de proteger los intereses de todas las comunidades autónomas es ahora más relevante que nunca. La tensión en el Senado pone de manifiesto las divisiones y el clima político polarizado en España, y se esperan más desarrollos en este importante asunto de financiación autonómica.

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