El metapneumovirus humano (HMPV) es un virus respiratorio que ha cobrado relevancia en los últimos años. Según el microbiólogo Raúl Rivas González, en un estudio publicado recientemente, este virus pertenece a la familia Paramyxoviridae y se propaga principalmente a través de gotas respiratorias, similar a cómo se transmite el COVID-19 y la gripe.

Entre los síntomas más comunes del HMPV se encuentran fiebre, tos, congestión nasal, dolor de garganta y fatiga. En algunos casos más severos, puede presentarse dificultad para respirar. Esta sintomatología puede ser fácilmente confundida con la gripe y el COVID-19, complicando así su diagnóstico sin pruebas específicas. Pero, ¡atención! Hay diferencias clave que nos ayudan a identificarlo.

Una de las principales distinciones radica en la progresión de los síntomas. Mientras que la gripe suele aparecer repentinamente, con fiebre alta y dolores musculares difusos, el metapneumovirus humano tiende a presentarse de manera más gradual, con un enfoque particular en los síntomas respiratorios. Además, es importante destacar que el COVID-19 puede incluir manifestaciones menos comunes, como la pérdida del olfato y del gusto, síntomas que son raros en infecciones por HMPV.

El profesor Rivas González también menciona que actualmente no existe un tratamiento específico para el HMPV; el manejo se basa en el alivio de los síntomas y, en casos graves, en el soporte médico. Este virus tiene un periodo de incubación de entre 3 y 6 días, y aunque las infecciones tienden a resolverse dentro de un par de semanas, pueden llevar a complicaciones serias en la población vulnerable, como ancianos o personas con enfermedades preexistentes.

El diagnóstico de esta enfermedad requiere pruebas especiales, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), para identificar al patógeno causante. Rivas González enfatiza la importancia de una vigilancia epidemiológica activa para evitar la propagación del virus, sugiriendo además la implementación de medidas de prevención efectivas: lavado frecuente de manos, asegurarse de que los lugares estén bien ventilados y el uso de mascarillas en situaciones de riesgo. ¡La clave está en la prevención! No bajes la guardia, especialmente en la temporada de infecciones respiratorias.