
María Pombo: La Nueva Voz de las Letras en RTVE
2025-09-07
Autor: Marta
Un Futuro Brillante en la Televisión Española
Con las tendencias actuales de la televisión, parece que el fichaje de María Pombo en RTVE para el programa Página 2 es inminente. Imaginemos un espacio de entrevistas a escritores al estilo de Sánchez Dragó, que podría revitalizar el panorama cultural. A fin de cuentas, en la era de publicaciones de libros para quienes no suelen leer, es probable que personajes que tampoco leen promuevan la lectura. Así, aquellos de nosotros que sí leemos tendríamos más razones para sintonizar la televisión y, aún así, continuar disfrutando de la lectura.
María Pombo: La Defensora de la Literatura
La candidatura de María Pombo como embajadora de las letras merece un apoyo genuino. Necesitamos más voces como la suya. Ante el bombardeo de sermones sobre lo maravilloso que es leer, es refrescante encontrar a alguien que desafía esa narrativa. Tal vez, al desincentivar la lectura, más personas se verían tentadas a abrir libros clásicos como 'Guerra y paz' solo para llevar la contraria.
La Realidad de la Lectura
No es solo un acto comercial lo que impulsa la recomendación de Pombo para presentar programas como El ojo crítico y La aventura del saber, sino su aguda percepción. María Pombo ha dicho que leer no nos convierte en mejores personas, y es verdad. Algunas de las figuras más terribles de la historia han sido ávidos lectores, y eso plantea la pregunta: ¿realmente nos mejora la lectura?
La Lectura Como Vicio
A lo largo de los años, hemos perpetuado la idea de que la lectura mejora nuestra moralidad o nos ofrece soluciones. Pero la cruda realidad es que leer no nos hace más nobles; en cambio, puede llevar a la soledad. Aunque los clubes de lectura proliferan, el verdadero aficionado debe a menudo renunciar al tiempo con amigos para sumergirse en sus libros.
Confesión de un Lector Pasional
Es hora de dejar atrás las falsas narrativas sobre la lectura. Leemos por puro placer, por el deleite personal que nos proporciona. Este ensimismamiento no es un sacrificio por los demás, sino un acto de narcisismo que, en última instancia, nos define como lectores apasionados. Somos eso; no héroes, sino amantes de las letras.