La tarde de este martes, la parroquia de San Agustín, situada en el exclusivo barrio madrileño de El Viso, se vistió de luto para recordar al conde de Romanones, Álvaro Figueroa Griffith. Este aristócrata, hijo de Aline Griffith y Luis Figueroa y Pérez de Guzmán, falleció el 21 de marzo a los 76 años. La ceremonia reunió a familiares y amigos para rendir homenaje a su vida y brindarle apoyo a su familia en estos momentos difíciles.

Entre los presentes, destacaba su hija, Lucila, conocida como Lulu, quien ha captado la atención mediática a lo largo de los años. Lulu, muy afectada por la pérdida, agradeció las muestras de cariño de quienes asistieron. La ceremonia fue profundamente emotiva, llena de recuerdos entrañables sobre su querido padre.

Visiblemente conmovida, la artista recibió las condolencias de numerosos allegados, quienes compartieron abrazos reconfortantes. En este difícil trance, su esposo, Adrián Saavedra, historiador y antropólogo con quien se casó en 2016, se mantuvo a su lado, brindándole el apoyo que necesita. Juntos, son padres de dos hijos, Ciro y Lucio, que representan su mayor fortaleza.

Lulu también estuvo acompañada por su madre, Lucila Domecq, que hizo un esfuerzo por estar cerca de sus hijos. Aunque desde hace mucho su vida y la del conde de Romanones tomaron caminos distintos después de su separación, el vínculo entre ellos se mantiene a través de sus cinco hijos, siendo esto su prioridad compartida.

Durante el funeral, Lulu se reunió con sus primas maternas, evidenciando los lazos familiares profundos que siempre han existido. Entre los asistentes se encontraba Claudia Osborne, quien llegó notablemente afectada al evento junto a su esposo, José Entrecanales. Después de la ceremonia, ambos expresaron su gratitud a los medios por las muestras de cariño recibidas.

Por otro lado, Ana Cristina Portillo, la hija menor de Sandra Domecq, también se hizo presente para honrar la memoria de su tío. Acompañada de su esposo, Santiago Camacho, quien se casó recientemente en Jerez, la diseñadora se unió a los recuerdos y las condolencias, destacando la importancia de la familia en estos momentos. Además, Juan Melgarejo también asistió, mostrando su excelente relación con la familia a pesar de su separación de Eugenia Osborne, madre de sus tres hijos.

Este funeral se convierte en un momento crucial no solo para recordar al conde de Romanones, sino también para reafirmar la importancia de la familia en los momentos de adversidad. En tiempos de calamidad, las conexiones familiares nos recuerdan la fuerza que tenemos juntos.