Lourdes Montes y Francisco Rivera Ordóñez, quienes contrajeron matrimonio en septiembre de 2013, han construído una hermosa familia con sus dos hijos, y ahora están esperando la llegada de su tercer pequeño, lo que ha generado gran expectación entre sus seguidores. En una reciente charla en el proyecto #QuiénEresTú, Lourdes compartió detalles sobre su relación y cómo logran mantener el amor y la conexión a pesar de sus diferencias.

En esta conversación, Lourdes destacó la importancia de crear acuerdos dentro de una pareja, enfatizando que, a pesar de sus personalidades contrastantes, han encontrado un equilibrio que les permite estar juntos y felices. “Creo que somos muy diferentes, pero tenemos muchos puntos en común. Ese es el secreto para que nuestra relación funcione; si ambos fuéramos iguales, eso podría causar problemas, pero al ser opuestos en algunos aspectos, logramos compensarnos bien”, expresó Lourdes.

Lourdes también mencionó cómo ambos son bastante hogareños, y que sus diferencias en actividades y preferencias no generan conflictos. “La comunicación es clave. Nos adaptamos a las necesidades del otro, repartiendo el tiempo equitativamente y eligiendo juntos cómo pasar ese tiempo”, agregó.

Su hermana, Isabel Montes, conocida cariñosamente como Sibi, hizo énfasis en que lograr acuerdos es esencial para superar diferencias en la pareja. Sibi mencionó que en terapia de pareja se trabaja en llegar a un término medio, en lugar de convencer al otro de una visión correcta, lo que ayuda a validar las experiencias y opiniones individuales de cada uno.

En cuanto a los enfados, Lourdes comentó que son breves y no rencorosos, algo que también consideró un aspecto saludable de su relación. La experta en gestión de la ira, Sonia Díaz Rois, respalda esta opinión al señalar que el enfado es una emoción necesaria y adaptativa. “El enfado nos ayuda a comunicarnos y a respetar nuestros propios límites. Cuando se gestiona adecuadamente, puede fortalecer la relación”, explicó.

Así, Lourdes refuerza que los enfados mutuos no deben ser vistos como una amenaza a su unión, sino más bien como una oportunidad para crecer y entenderse mejor. En conclusión, la pareja ha logrado construir un vínculo sólido, basado en el respeto, la comunicación y la capacidad de adaptarse a lo que cada uno necesita, formando un equipo que espera con ansias la llegada de su nuevo miembro.