Humberto Horta, un cubano con sangre asturiana, lee tranquilo en una sala de la residencia para mayores Trisquel en Oviedo mientras espera su turno para recibir la vacuna contra la gripe y el COVID-19. "La prevención es lo mejor que se puede hacer. La atención de la salud pública es excepcional, especialmente para los mayores", asegura con confianza. A sus 77 años, asegura no haber enfermo prácticamente nunca gracias a su constancia en vacunarse. "Hoy soy el primero en la fila", dice con orgullo.

La enfermera Alba Arenas se prepara para administrarle el primer pinchazo. "Aquí, 62 de los 67 residentes han decidido vacunarse, lo que muestra el compromiso de nuestros mayores con su salud", explica.

En la misma residencia, José Menéndez García, de 81 años, comparte su experiencia. "Que se vacunen todos, es lo mejor", reafirma. Este valiente anciano, que ha enfrentado la pandemia con determinación, sostiene que desde que se vacunó, no ha padecido ni un resfriado. Asunción Campa, de 72 años, añade que aunque el pinchazo puede causar un leve escozor, el beneficio vale la pena.

A partir del lunes 7, la campaña de vacunación se extenderá al resto de la población, buscando reducir la incidencia de la gripe y sus complicaciones. La Consejería de Salud ha adquirido 399,000 dosis de cinco tipos distintos de vacunas para adaptarse a las necesidades de cada individuo, con un presupuesto total de 4.7 millones de euros.

El año pasado, las residencias de mayores alcanzaron una cobertura de vacunación superior al 95%, y este año se espera repetir ese éxito con unas 13,500 personas inmunizadas en las dos primeras semanas de la campaña. Marta Huerta, subdirectora de Coordinación Asistencial y Cuidados, destaca la importancia de proteger a los más vulnerables, ya que en estos espacios cerrados, el riesgo de contagio es mucho mayor.

Las cifras alarmantes del invierno pasado revelaron 180 muertes y entre 1,500 y 1,600 ingresos hospitalarios por gripe en Asturias. Gracias a la vacunación, se estima que se evitaron aproximadamente 200 muertes y 2,000 hospitalizaciones. Esto subraya la importancia de la vacunación como una herramienta vital en la salud pública.

Además, para la bronquiolitis provocada por el virus sincitial respiratorio (VSR), se repetirá la inmunización en recién nacidos y lactantes, que el año anterior mostró resultados positivos. Se estima que esta estrategia evitó entre 20 y 25 ingresos en unidades de cuidados intensivos y alrededor de 200 hospitalizaciones.

Este año, una de las grandes novedades es que los centros de salud abrirán en un horario extendido, de 16:00 a 20:00, para facilitar la vacunación de los niños y así ayudar a los padres que trabajan. Las vacunas serán administradas en centros de atención primaria y consultorios del Servicio de Salud del Principado (Sespa) durante toda la temporada estacional.

Finalmente, respecto al COVID-19, el Servicio de Salud contará con una única vacuna disponible en tres presentaciones: para adultos, para niños de 5 a 12 años, y para menores de entre seis meses y cinco años. Este enfoque centrado en la comunidad busca garantizar que todos tengan acceso a la protección necesaria. La lucha contra la enfermedad nunca ha visto tan unidos a los mayores de nuestra sociedad.