Las calles de Benetúser, un pueblo ubicado en l'Horta Sud, están sumidas en un estado crítico tras el desbordamiento de aguas que devastó la zona. Los vehículos cubiertos de barro y la acumulación de desechos son una constante, mientras los vecinos se esfuerzan por limpiar y recuperar su ciudad. Entre ellos, se observa a efectivos de la Guardia Civil preparados para penetrar en áreas inundadas y peligrosas.

Son los propios residentes quienes informan a las autoridades sobre los lugares donde podrían encontrarse cuerpos sin vida. Aunque se desconoce la cantidad exacta, testimonios indican que ya han sido recuperados numerosos cadáveres. "Estamos aquí para ayudar, aunque es difícil saber qué más encontraremos", afirman algunos miembros del equipo de soporte vital que también colabora en estas labores.

Aparte de la búsqueda de cuerpos, la Guardia Civil, junto a unidades militares como el regimiento de zapadores de la Legión, ha comenzado a limpiar las vías de acceso. La respuesta de los residentes ha sido abrumadoramente positiva, recibiendo aplausos y agradecimientos en cada acción que realizan. "Antes no podíamos mover los coches ni los escombros; ellos lo hacen rápidamente", dice Ana, una vecina afortunadamente libre de pérdidas familiares.

Sin embargo, la situación sigue siendo crítica. Los habitantes de Benetúser están aún en estado de shock y las tareas de limpieza son solo el primer paso hacia la reconstrucción. Las autoridades han declarado que se preparan para un proceso largo y complicado, con la esperanza de restaurar la normalidad en la vida de los afectados. La comunidad se une en un esfuerzo colectivo, guiados por la esperanza de que sus vidas vuelvan a la normalidad lo antes posible, pero también en la incertidumbre de lo que pueda surgir en los próximos días.