Las defensas antiaéreas rusas derribaron anoche la increíble cifra de 107 drones ucranianos de ala fija en once regiones del país, incluyendo la estratégica Moscú. El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el ataque en su cuenta de Telegram, revelando que la ofensiva masiva se llevó a cabo entre las 21:00 de ayer y las 05:00 de hoy, hora de Moscú (18:00 y 02:00 GMT.)

De los 107 drones destruidos, tres fueron abatidos sobre la región de Moscú, destacando la creciente capacidad de las fuerzas ucranianas para llevar la guerra al corazón de Rusia. El mando militar ruso reportó que más de la mitad de los drones fueron derribados en las regiones de Kursk (34) y Oriol (30), que son críticas en el contexto del conflicto, ya que Kursk es fronteriza con Ucrania y ha sido testigo de intensos enfrentamientos.

Este ataque aéreo es uno de los más amplios en la historia del conflicto, abarcando un total de diez entidades federadas de Rusia. Las defensas antiaéreas también interceptaron drones en Lipetsk (18), Kaluga (7), Rostov (4), Tambov, Briansk (2), Voronezh (1) y Tula (1). Además, tres drones fueron destruidos en las aguas del mar de Azov, lo que sugiere un intento de ampliar el alcance de la ofensiva ucraniana.

Rusia ha estado acusando a las Fuerzas Armadas de Ucrania de continuar atacando infraestructuras energéticas en su territorio, a pesar de una moratoria acordada. El Kremlin ha repetido en varias ocasiones que cumple rigurosamente la orden de su presidente, Vladímir Putin, de no atacar las infraestructuras ukrainianas. Sin embargo, el 18 de marzo, Putin aceptó una propuesta del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estableciendo una moratoria de 30 días sobre los ataques contra las infraestructuras energéticas de ambos países, a la que más tarde se unió el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

A medida que las tensiones escalaban, Rusia ha advertido que se reserva el derecho de actuar en respuesta a cualquier incumplimiento de la moratoria por parte de Kiev. La situación se torna cada vez más explosiva, y los analistas coinciden en que este nuevo nivel de ataque de Ucrania podría ser visto como un cambio en la estrategia militar del país, buscando desestabilizar aún más a Rusia en su propio territorio. El mundo observa con atención cómo se desarrollarán estos acontecimientos cruciales en el conflicto que ha marcado la geopolítica contemporánea.