El fenómeno del autoconsumo solar ha experimentado un auge sin precedentes en la provincia de Alicante durante los últimos años, pero se ha visto fraccionado por dos importantes obstáculos. Tras el notable incremento de instalaciones en 2022 y 2023, hoy en día, miles de licencias siguen atrancadas en los ayuntamientos, lo que puede demorar el proceso hasta un año. Esto se vuelve particularmente frustrante para empresas que pueden llevar a cabo las obras en tan solo unos días. Además, la disminución de la demanda de los particulares, fruto del final de las ayudas europeas, ha añadido otra capa de complejidad a la situación.

En 2022, el sector enfrentó un grave problema de suministro, pero ahora, aunque la demanda ha disminuido, los retrasos en la obtención de licencias se han convertido en el principal cuello de botella. Los proyectos pequeños pueden esperar hasta seis meses, mientras que las instalaciones industriales más grandes pueden tardar hasta un año en obtener permisos.

El intrusismo es otro factor que está afectando al sector; hay quienes instalan placas solares sin la debida acreditación. Esto genera 'chapuzas' que, para ser regularizadas y acceder a bonificaciones fiscales, requieren más papeleo y reparaciones. Muchos de estos sistemas funcionan deficientemente y necesitan ajustes.

Según Antonio Bernabeu, ingeniero de Fempa, las empresas pueden ejecutar un encargo en solo 4-5 días, pero el gran desafío es la larga espera por las licencias municipales. Fempa ha instado a las administraciones locales a agilizar estos procesos, dado que el número de solicitudes ha aumentado considerablemente.

A pesar de los retrasos, la Comunidad Valenciana ha visto un incremento impresionante de instalaciones solares, con más de 80,000 instalaciones a finales de 2023, en comparación con apenas 10,000 en 2021. Sin embargo, el final de las ayudas y la burocracia creciente están conteniendo este ritmo de crecimiento.

Los municipios pequeños, que carecen de los recursos necesarios para manejar estos permisos, enfrentan tiempos de espera todavía más largos. Por otro lado, en lugares como Elche, el proceso es más rápido y eficiente.

Con la finalización de las ayudas de los Fondos Next Generation, hubo un notable retroceso en la instalación solar en residencias privadas, aunque la actividad sigue siendo robusta entre industrias y comercios, lo que a su vez ha mantenido altas las tasas de demanda de servicios de mantenimiento, reparación y regularización de instalaciones.

Un fenómeno preocupante son las empresas 'fantasma' que han surgido en el sector, muchas de las cuales no brindan garantías ni cumplen con los estándares de calidad. La proliferación de tutoriales on-line ha animado a personas no cualificadas a realizar instalaciones que, si bien son técnicamente simples, representan riesgos significativos debido a la electricidad y otros peligros.

La presión para regularizar instalaciones también ha llevado a los propietarios a buscar servicios de profesionales habilitados, lo que a menudo implica realizar reparaciones adicionales o legalizar instalaciones no autorizadas para poder acceder a beneficios fiscales como bonificaciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

Una de las preocupaciones centrales reside en que muchas instalaciones defectuosas están causadas por falta de cualificación, lo que deteriora la calidad del excedente de energía devuelto a la red. Esto puede repercutir negativamente en el sistema eléctrico y la seguridad pública.

El coste promedio para una instalación de autoconsumo de 5 kW se sitúa en torno a 6,000 euros, excluyendo almacenamiento de energía, con una tarifa de instalación de aproximadamente 1,200 euros por kilovatio. Sin embargo, los precios suelen mantenerse estables durante al menos un mes.

Otro aspecto crítico es la seguridad laboral. Mientras que los trabajos de instalación suelen cumplir con las normativas de seguridad, el mantenimiento posterior presenta un riesgo elevado si no se toman las precauciones necesarias, como mencionado por Mada Guardia, responsable de Seguridad Laboral en Fempa. Para abordar esta problemática, se llevará a cabo un evento el 31 de enero en colaboración con el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo, donde se discutirá la alta incidencia de accidentes laborales en trabajos de mantenimiento en techos y la necesidad urgente de soluciones preventivas.