Una conversación cargada de anécdotas intrigantes. Zoran Vekic, antiguo agente de futbolistas en el Real Madrid, hace un repaso al agitado verano de 2003, donde la llegada de David Beckham no solo deslumbró a los aficionados, sino que también dejó un rastro de tensiones en el vestuario madridista. Vekic revela que Beckham, entonces estrella del Manchester United, fue el as bajo la manga de Joan Laporta en su campaña electoral para presidir el FC Barcelona, y que sus movimientos en el mercado provocaron un auténtico culebrón.

El fichaje de Beckham por el Real Madrid representó un gran golpe mediático y un intento por parte de Florentino Pérez de crear una 'galaxia' de estrellas en el equipo. Sin embargo, la forma en que se presentó su llegada, justo en el momento en que el Madrid luchaba por el título de Liga, generó descontento entre algunos jugadores, incluido Guti, quien no ocultó su enfado. "Cuando el Madrid fichó a Beckham, Guti montó un Cristo...", confesó Vekic, lo que revela un conflicto interno notable.

El enfado de Guti no era trivial. La llegada de Beckham significaba que su tiempo de juego podría verse comprometido. Vekic, en un intento por calmar la situación, se reunió con Florentino y Guti, donde intentaron llegar a un acuerdo. En una escena casi de comedia, trató de preparar a Guti para la reunión, advirtiéndole que no se fuera en cinco minutos. Finalmente, y tras un diálogo sincero, el presidente aceptó extender el contrato de Guti por dos años más, asegurando su lugar en el equipo y marcando un momento crucial en su carrera.

Sin embargo, el caos no terminó ahí. Mientras se celebraba la conquista de la Liga, Fernando Hierro, el capitán del equipo, tuvo una explosión de frustración que culminó en una de las salidas más inesperadas de la historia del club. Vekic recuerda cómo, a pesar de haber renegociado su contrato, Hierro decidió dejar el club, dejando a todos sorprendidos. "Me dijo que se fiaba, pero al final no firmó", comenta Vekic, destacando la inestabilidad que afectaba al vestuario.

El 23 de junio de 2003, el Madrid conquistó la Liga tras vencer al Athletic, pero el ambiente se tornó tenso cuando Hierro exigió a Florentino salir del vestuario, un hecho que sorprendió a todos. La situación se agravó en una celebración donde se discutió si Hierro debía asistir a las actividades oficiales como capitán. A pesar de los esfuerzos de Vekic y otros jugadores para convencerlo de que permaneciera, Hierro decidió marcharse al Al-Rayyan en Catar, poniendo fin a una era en el club.

El verano de 2003 fue, por lo tanto, un periodo caótico en la historia del Real Madrid. La llegada de Beckham y la salida de figuras emblemáticas como Hierro generaron un terremoto en un vestuario que ya estaba temblando. Algunos ven aquel verano como el inicio de una transformación radical en el club, donde las estrellas brillaban, pero a costa de las tensiones internas. Un relato que aún hoy sigue resonando en la historia blanca.