Diversos estudios científicos han revelado que algunos alimentos de consumo habitual podrían ser factores de riesgo en el desarrollo de cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clave en esta investigación crucial.

Uno de los principales culpables es la carne roja y, especialmente, la carne procesada. Un estudio liderado por el doctor Timothy J. Key, de la Universidad de Oxford, indica que el consumo diario de 76 gramos de carne roja procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal en un 20% en comparación con aquellos que limitan su ingesta a un tercio. Esta investigación ha sido un llamado de atención sobre la dieta moderna y sus consecuencias.

La OMS, en un dictamen del 2015, incluyó la carne procesada en el grupo 1 de sustancias cancerígenas. El doctor Kurt Straif aclaró que, si bien para un individuo el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por el consumo de carne procesada es relativamente bajo, este riesgo se incrementa con la cantidad de carne que se consuma. Esto subraya la importancia de ser conscientes de lo que consumimos día a día.

Además, el jarabe o sirope de maíz, aunque no es un ingrediente habitual en la cocina española, se encuentra en una gran variedad de productos como refrescos, helados, galletas y aperitivos. Un artículo de la revista 'Science' ha indicado que este ingrediente, rico en fructosa, podría estar relacionado con un aumento en la incidencia de ciertos tipos de cáncer debido a su efecto en el metabolismo.

Por si fuera poco, las bebidas alcohólicas también figuran como un riesgo significativo. Según un estudio de la OMS en 2020, alrededor de 750.000 diagnósticos de cáncer en el mundo están vinculados al consumo de alcohol. Esto incluye canceres del esófago y hígado en hombres, y cáncer de mama en mujeres. La evidencia es clara: reducir el consumo de alcohol puede ser una medida efectiva para disminuir estos riesgos.

Es esencial que tomemos decisiones informadas sobre nuestra alimentación. Si bien disfrutar de una buena comida o bebida es parte de la vida, la moderación y la conciencia sobre lo que consumimos pueden salvar vidas. ¿Estás dispuesto a hacer cambios en tu dieta por una mejor salud?