País

Lluvias: un alivio crucial para el campo, pero desastres en Murcia y Andalucía

2025-03-24

Autor: Manuel

Las recientes lluvias han traído consigo un respiro necesario para los embalses españoles. Según el último Boletín Hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica, los embalses de uso consuntivo, que son esenciales para el abastecimiento humano y la agricultura, se encuentran al 60,8% de su capacidad, una mejora significativa comparada con el 45,3% del año anterior. En comparación con los promedios de los últimos cinco y diez años, que se sitúan en 47,7% y 53,3% respectivamente, esta cifra representa un avance importante.

Los beneficios de las recientes borrascas son especialmente evidentes en las cuencas del sur y este de la península, que son vitales para el riego de tierras agrícolas. En este contexto, las reservas hídricas en ciertas áreas han aumentado hasta un 14%. Por ejemplo, la cuenca del Tajo ha mejorado su nivel del 54,4% en diciembre de 2024 al 75,0% en marzo de 2025. Otras cuencas, como el Duero y el Guadalquivir, también han visto incrementos significativos en sus niveles.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. Las lluvias han traído consigo graves destrozos en regiones como Murcia, donde las inundaciones han afectado más de 5.000 hectáreas de cultivos de lechuga, brócoli y coliflor, causando pérdidas que se estiman en 10 millones de euros. Andalucía también ha sido golpeada, con daños especialmente severos en cultivos hortícolas y de cereales, así como en caminos rurales, dificultando el acceso a las tierras agrícolas.

Por otro lado, el análisis de la organización agraria Coag revela que el secano presenta un balance positivo en varias comunidades, especialmente en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia y la Comunidad de Madrid. Los cultivos de cereales, viñedo y olivar se benefician de las lluvias justo al inicio de su ciclo vegetativo. Adicionalmente, la mejora en los pastos es notable en Galicia y la cornisa cantábrica, lo que brinda un alivio a la ganadería extensiva que había sufrido la sequía durante el invierno.

No obstante, la acumulación de agua también representa una amenaza, con el riesgo de plagas en cultivos como los cereales de invierno en Sevilla y los guisantes en el Bajo Guadalquivir, que están siendo afectados por enfermedades radiculares. La imposibilidad de acceso a las fincas debido al exceso de agua también se ha convertido en un problema, poniendo en riesgo la recolección de coliflor, brócoli y otros cultivos que ya deberían haber sido cosechados. En este contexto, se evidencia que las lluvias, aunque necesarias para el campo, traen consigo un dilema entre prosperidad y destrucción.