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Las sombras de Mao: 70 millones de muertes y amantes ocultos en el 75 aniversario de la República Popular China

2024-10-01

Este año, China está conmemorando el 75 aniversario de su fundación, pero como en celebraciones anteriores, el régimen ha decidido ignorar un pasado macabro que incluye la Revolución Cultural y sus terribles consecuencias. En 2016, el gobierno omitió recordar el 50 aniversario de esa década oscura, evidenciando su deseo de enterrar crímenes pasados y enfocarse en un futuro brillante, a menudo maquillado por una propaganda estatal. Entre 1966 y 1976, el país vivió un caos indescriptible que dejó profundas cicatrices: persecuciones políticas, suicidios y un número de muertes que algunos estiman entre 2 y 20 millones.

Recientemente, en diciembre de 2022, la imagen del expresidente Hu Jintao siendo forzado a salir de la sala durante el XX Congreso del Partido Comunista puso en evidencia las continuas purgas dentro del partido. Xi Jinping consolidó su poder, dejando claro que su predecesor fue descartado junto con un legado al que ya no quedaba ninguna huella. Este episodio evocó la historia de Mao, cuyas purgas y campañas sangrientas fueron parte de un esfuerzo por reducir sus opositores y establecer un totalitarismo indiscutible.

Las comparaciones entre Xi Jinping y Mao son inevitables, ya que ambos han llevado a cabo purgas internas. En 2018, el entonces ministro de Justicia, Fu Zhenghua, fue condenado a cadena perpetua por corrupción, una jugada discursiva del régimen para dar apariencia de limpieza mientras consolida el control del partido. Aquel reciente Congreso marcó también un momento simbólico, donde Xi se proclamó el líder más poderoso desde Mao, enfatizando su autoridad en una mesa vacía que simbolizaba su dominio absoluto. Aunque el régimen presenta a Mao como un héroe, muchos como la historiadora Jung Chang lo retratan como un gobernante cruel que, a lo largo de su gobierno, causó la muerte de decenas de millones de chinos a través de políticas devastadoras.

A lo largo de su vida, Mao no solo destruyó vidas con sus políticas, sino que también mantuvo una vida personal escandalosa marcada por la promiscuidad. El médico personal de Mao reveló en su autobiografía que el líder chino tenía numerosas amantes, muchas de ellas jóvenes bailarinas que debían cumplir con sus caprichos. La promiscuidad de Mao se torna aún más grotesca al saber que, a pesar de sufrir de enfermedades venéreas, nunca buscó tratamiento, poniendo en riesgo a cada una de sus amantes. Esta faceta poco conocida del líder refleja una hipocresía para quien la moralidad y la purificación social eran simplemente herramientas discursivas.

Además de su vida privada, Mao tomó decisiones que contradicen su supuesta preocupación por el bienestar de su pueblo. Se dice que ordenó que se sembraran arrozales solamente en los campos que se veían desde el lujoso tren en el que viajaba. Esto resultó en miles de kilómetros de esfuerzo desperdiciado, donde agricultores fueron obligados a trabajar para satisfacer el ego del líder.

Estos eventos sirven como un recordatorio de que, mientras China celebra su historia y sus logros, hay sombras que persisten. La opresión y los crímenes del pasado no deben ser olvidados. Hoy más que nunca, es esencial que el legado de Mao sea revisado y examinado a la luz de los horrores que cometió y de las libertades que todavía luchan por ser recuperadas en el país.