(CNN) – A medida que las mujeres superan a los hombres en la participación anticipada, Donald Trump enfrenta un reto monumental para ganarse el apoyo femenino. Recientemente, la popular presentadora de podcasts Alex Cooper, en su programa 'Call Her Daddy', reveló que había invitado al expresidente a participar, pero este optó por rechazar la oferta. En vez de eso, se ha centrado en dirigirse a audiencias jóvenes a través de plataformas de tendencia conservadora, dejando de lado las que son más populares entre las mujeres.

Esta estrategia podría estar costándole caro, ya que, según las encuestas, las mujeres se han convertido en votantes más confiables y numerosas que los hombres. Asesores y aliados de Trump han mostrado preocupación debido a que la brecha en el apoyo de género se ha vuelto alarmante, especialmente en un año electoral tan crucial.

En eventos recientes, la incertidumbre de Trump sobre cómo atraer a las mujeres es clara. En un mitin en Wisconsin, se vio obligado a cuestionar públicamente el consejo de sus asesores sobre cómo abordar temas de protección hacia las mujeres: "Soy presidente. Quiero proteger a las mujeres. Y lo haré, les guste o no". Sin embargo, estos comentarios fueron rápidamente utilizados por la campaña de Kamala Harris para demostrar la desconexión de Trump con las preocupaciones de las mujeres.

Cada vez más, las encuestas muestran a Trump en desventaja. Una reciente encuesta de ABC News/Ipsos indica que está 14 puntos detrás de Harris entre las votantes probables, mientras que solo sostiene una ventaja de 6 puntos entre los hombres. La situación se vuelve aún más crítica en el contexto del voto anticipado, donde las mujeres han emitido el 55% de los votos comparado con el 45% de los hombres en estados clave del país.

Con la estrategia previa a las elecciones de Trump tambaleándose, sus esfuerzos por conectar temas como la economía y la seguridad han sido insuficientes. Trump ha intentado hacer giras específicamente dirigidas a mujeres, pero con su controversial discurso y decisiones pasadas, como la revocación del aborto, sigue luchando por cambiar la percepción negativa que muchas tienen hacia él.

Mientras tanto, Kamala Harris ha aprovechado la ocasión para reforzar su mensaje, instando a las mujeres a votar no solo por sus derechos reproductivos sino con un enfoque más amplio en la libertad y autonomía. En un contexto donde el 53% del electorado son mujeres, Harris ha estado ganando terreno.

El desafío de Trump no es solo político, es personal. Preguntándose en reuniones privadas por qué las mujeres no lo apoyan, se esfuerza por adaptarse, pero sus intentos muchas veces se perciben como insinceros o desacertados. La analista política señala que este es un momento crucial: "Las mujeres están al frente del cambio político. Ignorarlas podría costarle la elección a Trump".

En resumen, mientras Trump se enfrenta a una especie de túnel oscuro en su campaña por el apoyo femenino, Harris parece estar capitalizando sobre cualquier error que él cometa. Con la elección a la vuelta de la esquina, el enfoque de Trump hacia las votantes seguirá bajo un intenso escrutinio.