Después de haber sobrevivido milagrosamente al devastador incendio de la catedral de Notre Dame de París, la venerada imagen de la Virgen María con el Niño Jesús ha vuelto a su hogar. Este esperado regreso ocurrió el viernes, rodeada de cientos de fieles emocionados que la esperaban con velas en mano.

El arzobispo de París, Laurent Ulrich, expresó la alegría de la comunidad al afirmar: "La Virgen de Notre Dame regresa a su casa". La imagen había estado resguardada en la iglesia de Saint-Germain l’Auxerrois desde el trágico incendio que afectó la catedral el 15 de abril de 2019, un desastre que dejó a la emblemática obra maestra del arte gótico con severos daños.

Conocida como la "Virgen con el Niño" o la "Virgen del Pilar", esta escultura data del siglo XIV y, asombrosamente, se salvó del infierno de llamas que arrasó la cubierta y estructura de Notre Dame, uno de los sitios más visitados de Europa.

A medida que caía la noche, una procesión conmovedora, donde personas de todas las edades entonaron el Avemaría y el Padrenuestro, marchó desde la iglesia hacia la espléndida explanada de la catedral. La multitud se unió en plegaria, dejando entrever la profunda conexión que sienten con la figura mariana que les ha brindado consuelo y esperanza.

En un momento significativo, las campanas de Notre Dame resonaron por primera vez en un acto religioso desde el catastrófico suceso, marcando un hito emocional para los asistentes que no pudieron contener las lágrimas de alegría. "Este es un acontecimiento que no hay que perderse", comentó Tiphaine Latrouite, una joven de 25 años, quien agregó: "El hecho de que no se hubiese quemado demuestra que los milagros existen".

Este emotivo evento se considera el "último gran acontecimiento" antes de que la catedral reabra sus puertas al público el 7 y 8 de diciembre, un momento que muchos esperan con impaciencia. La rehabilitación de Notre Dame ha sido un símbolo de resiliencia y esperanza para muchos franceses y visitantes alrededor del mundo.

El retorno de la Virgen es más que un acto religioso; es un símbolo del renacimiento de la cultura y la fe en París, reafirmando la importancia de la catedral como un lugar sagrado y un ícono del patrimonio mundial.