El reciente evento de toma de posesión de Nicolás Maduro ha desatado una tormenta de reacciones tanto dentro como fuera de Venezuela. El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, afirmó que Colombia no reconoce los resultados de las elecciones venezolanas, describiéndolas como "no libres" debido a la falta de transparencia, y subrayó que las relaciones entre ambos países se mantendrán a pesar de las diferencias.

María Corina Machado, líder de la oposición, había sido detenida brevemente antes del evento. Poco después de su liberación, envió un mensaje a sus seguidores asegurando que se encontraba a salvo y con más determinación que nunca. "Nunca me he sentido tan orgullosa de ser venezolana", comentó Machado, haciendo referencia a la respuesta del pueblo venezolano ante la situación actual.

En Santiago de Chile, miles de personas se reunieron para apoyar a Machado y a Edmundo González, el líder opositor cuya candidatura logró captar la atención internacional. Las manifestaciones no solo se limitaron a Chile; también se registraron protestas en al menos diez ciudades de Ecuador y en otros países como Argentina y México, donde la diáspora venezolana exige un cambio urgente de régimen.

Colombia, que alberga a cerca de tres millones de venezolanos, se prepara para posibles cierres de frontera en previsión de la toma de posesión presidencial de Maduro. Muchos temen que la situación empeore y que se produzca otra ola migratoria, especialmente si Maduro asume el mando a pesar de las denuncias de fraude electoral.

El impacto de estas protestas se siente globalmente, con expresiones de apoyo incluso desde Estados Unidos. El presidente electo Donald Trump hizo un llamado a la comunidad internacional pidiendo que se garantice la seguridad de Machado y González en medio de la agitación. Asimismo, otros líderes latinoamericanos, como el presidente argentino Javier Milei, han condenado la violencia dirigida hacia Machado, destacando el peligro que representa el régimen de Maduro.

Además, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, se dirigió a Machado con desprecio, insinuando que sus alegaciones de ser atacada eran una farsa. A esto se sumó el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien minimizó la preocupación sobre la detención de Machado, lo que generó críticas de sus predecesores que exigieron una respuesta más contundente.

La situación sigue siendo tensa y se desarrolla en un contexto de protestas masivas, amenazas de cierre de fronteras, y una creciente presión internacional. Con el futuro político de Venezuela en una encrucijada, los ojos del mundo están fijos en lo que acontecerá a continuación. ¿Estamos al borde de un cambio histórico o se avizora más represión y caos? Las próximas horas y días serán cruciales.