El fascinante diálogo entre Irene Paredes, nacida el 4 de julio de 1991 en Legazpi, Guipúzcoa, e Íñigo Martínez, quien llegó al mundo el 17 de mayo de 1991 en Ondárroa, Vizcaya, abarca un tema que hasta hace poco resultaba incómodo para muchos: la vida de los hijos de futbolistas. Este encuentro, compartido a través de Barça One, la plataforma de streaming gratuita del FC Barcelona, ofrece una mirada renovadora sobre lo que significa crecer en un entorno tan destacado.

Durante la conversación, que dura poco más de media hora grabada en la ciudad deportiva del Barça, ambos futbolistas reflexionan sobre sus comienzos y sus ídolos, además de la vida cotidiana con sus hijos.

Íñigo Martínez es padre de dos pequeños, Nikole y Paule, y pronto recibirá a un tercero. Por su parte, Irene Paredes es madre de Mateo, un niño que se ha convertido en un símbolo de orgullo para las campeonas del mundo en fútbol femenino tras su victoria en Australia y Nueva Zelanda. Mateo, al que a menudo se le ve en las gradas del Johan Cruyff, tiene la suerte de viajar al otro lado del mundo para seguir a su madre gracias a los planes de conciliación de la RFEF.

Irene, curiosa, pregunta a Íñigo sobre la percepción de sus hijas respecto a su fama: "¿Tus niñas, que son algo más mayores que Mateo, se dan cuenta de quién es su aita?". Íñigo comparte la reacción de su hija mayor, quien empieza a entender la relevancia de su padre en el mundo del fútbol y muestra entusiasmo por la actividad. La conversación revela una realidad contrastante: mientras que el hijo de Íñigo disfruta de la emoción que genera ser parte de una familia futbolística, el hijo de Irene también se muestra natural al ver a su madre en los cromos, algo que a los ojos de un niño puede parecer del todo habitual.

Irene, a pesar de normalizar la figura de las mujeres en el fútbol, reconoce que para muchos niños, la idea de tener a una madre jugadora de fútbol aún es novedosa. "No es consciente todavía, pero es su realidad. Sabe que salimos en la tele y que el resto de padres y madres no. Poco a poco se dará cuenta", explica la campeona del mundo.

A sus tres años, Mateo ha crecido en un ambiente donde la presencia de figuras destacadas del deporte femenino como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí es normal, lo que desafía la percepción de que ser hijo de una estrella del fútbol es solo para el ámbito masculino. Esto también abre un diálogo sobre la evolución y la aceptación de las mujeres en espacios tradicionalmente dominados por hombres.

En un mundo donde aún existen barreras y tabúes en torno al fútbol femenino, esta conversación entre Paredes y Martínez destierra prejuicios y muestra que el futuro del deporte es inclusivo. Irónicamente, mientras los dos futbolistas se ríen de las peticiones de autógrafos de sus hijos y de su deseo de participar en las firmas, todo esto señala un cambio cultural que celebra tanto a las mujeres como a los hombres en el deporte. El camino hacia la igualdad de género en el deporte está siendo recorrido por las generaciones más jóvenes, quienes ven a sus padres como ejemplos y grandes referentes.