Ana Peleteiro es una de las atletas más destacadas y admiradas en el panorama deportivo español. Su valentía no solo brilla en las pistas, donde compite en el triple salto, sino también en su lucha constante contra el racismo, una lucha que ha resonado entre sus muchos seguidores. Recientemente, esta talentosa gallega se coronó campeona de Europa en pista cubierta al ganar la medalla de oro en Apeldoorn, un logro que ha generado un gran revuelo mediático.

En una reciente aparición en el pódcast ‘Ac2ality’, Ana abrió su corazón al hablar sobre varios temas, incluyendo su impresionante carrera, el avance hacia la igualdad en el atletismo, así como la presión y desafíos que enfrentan los deportistas. Sin embargo, uno de los momentos más memorables de la conversación ocurrió cuando las presentadoras del programa decidieron desviarse a temas más personales.

Con un toque de humor, las presentadoras le hicieron a Ana la intrigante pregunta: “¿Cuántas veces haces el amor a la semana?”. Entre risas, Ana respondió: “Depende de la semana, la verdad. En una buena semana, creo que unas tres veces; hay semanas más complicadas, pero así es”. La campeona compartió que después del nacimiento de su hija, su vida íntima se vio afectada: “Después de ser mamá, el ritmo definitivamente cambió. Si me hubieras preguntado hace unos años, te diría que seis veces a la semana”, confesó.

Peleteiro también mencionó que, a medida que pasa el tiempo y se acumulan las responsabilidades, la energía disminuye. “Al final del día, llegas cansada y a menudo no hay espacio para conectar con tu pareja. Hay días en que llegas a casa y simplemente no tienes tiempo para hablar de cómo fue tu día”, admitió.

Para cerrar esta sincera charla, Ana compartió una inusual pero divertida frase de su esposo: “Si quieres más hijos, hay que entrenar”. Esta expresión se ha convertido en un lema en su hogar, recordándole a la atleta la importancia de mantener viva la chispa en su relación. La historia de Ana Peleteiro no solo refleja su éxito en el deporte, sino también las realidades de ser madre y deportista en un mundo que a veces no da tregua. ¿Quién dijo que ser una campeona no conlleva su propio entrenamiento emocional?