María Guardiola, la presidenta de Extremadura, ha encendido las alarmas ante el inminente cierre de la central nuclear de Almaraz, programado para 2030, una decisión que ella considera una "sentencia de muerte económica" para la región. La presidenta, con un acceso al poder muy ajustado gracias al apoyo de Vox en 2023, ha lanzado un llamado a la unidad a sus homólogos en otras regiones que también cuentan con reactores nucleares, como Catalunya, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

Guardiola ha enviado una carta a los presidentes Carlos Mazón, Salvador Illa y Emiliano García-Page, instando a formar un frente común para prorrogar la vida útil de las centrales nucleares. En su misiva, argumenta que la decisión del Gobierno de cerrar estas instalaciones tendrá "graves consecuencias para todos" y afectará la soberanía energética del país, además de amenazar la estabilidad económica de miles de familias.

En Extremadura, donde la agricultura ha sido históricamente el motor económico, el cierre de Almaraz podría ser un golpe devastador. La presidenta recuerda que esta planta ha sido responsable del 7% de la energía consumida en España el año pasado y su cierre no solo significaría la eliminación de trabajos directos e indirectos para unas 3,000 familias que dependen de ella, sino también un incremento en los precios energéticos que impactaría en sectores industriales y en los hogares de la comunidad.

La central contribuye al 20% de la energía consumida en todo el país, lo que, según Guardiola, debería proporcionar una garantía a largo plazo para evitar la carestía de suministros y mantener la sostenibilidad ambiental. En este contexto, invita a los presidentes a participar en la manifestación programada para el 18 de enero, organizada por la plataforma "Sí a Almaraz, Sí al Futuro".

"En definitiva, la unión entre catalanes y extremeños, pueblos que siempre han contribuido al progreso de España, debe prevalecer en estos momentos críticos", concluye Guardiola, enfatizando así la importancia de no dejar que se apaguen las luces de su trabajo y esfuerzo colectivo.