El Sophie Festival, que prometía ser el mayor evento de música electrónica del Año Nuevo en Málaga, se vio frustrado por la acción policial. Con la participación de renombrados DJs como el británico Richie Hawtin y el suizo Luciano, el festival estaba programado para iniciar a las 12 del mediodía y extenderse hasta las 2 de la mañana. Se esperaba que más de 6,000 asistentes se dirigieran al renovado Ogus Park, un antiguo cortijo convertido en espacio de eventos. Sin embargo, la realidad fue muy diferente. Al llegar, los presentes se encontraron con un impresionante despliegue policial que impidió el acceso al recinto debido a la falta de autorización.

Solo una hora después de la supuesta apertura, los organizadores se vieron obligados a cancelar el evento, achacando la responsabilidad al Ayuntamiento. Las fuerzas antidisturbios de la Policía Local y Nacional, así como los grupos GOA y UIP, fueron destacados en la entrada principal informando a los asistentes que no podían ingresar por la falta de permisos. A pesar de que el festival contaba con toda la documentación presentada desde el 3 de diciembre, los promotores no habían recibido una respuesta final del Ayuntamiento a tiempo, lo que generó una situación caótica.

La decisión de cancelar se comunicó oficialmente cerca de la 1 de la tarde, lo cual dejó a muchos asistentes en estado de shock. En un giro irónico, días antes, los organizadores habían compartido un video promocional reclamando que Ogus Park estaba listo para recibir a los asistentes y disfrutando de una experiencia inolvidable. Sin embargo, la falta de autorización hizo que la fiesta se convirtiera rápidamente en un fiasco.

Desde el festival, se emitió un comunicado que enfatizaba las dificultades burocráticas y la falta de comunicación por parte del Consistorio, indicando que habían intentado realizar las tramitaciones pertinentes el día previo a la cancelación. La furia de los organizadores se hizo evidente, indicando que la culpa recaía directamente sobre las autoridades municipales que, a últimas horas, no habían podido gestionar los permisos necesarios.

La cancelación ha generado un gran descontento no solo entre los asistentes, muchos de los cuales habían viajado desde distintos puntos del país, sino también entre los propios artistas. Richie Hawtin, que minutos antes había compartido un video desde su avión llegando a Málaga para performar, se vio colmado de decepción al enterarse de la situación.

Con un cartel integrado por catorce DJs, entre los que se incluían talentos como Mad Max y Raresh, se esperaba un inicio vibrante del festival que, tras la inquietante situación, dejó a los músicos inexplicablemente abandonando el lugar bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad.

A pesar de la adversidad, los organizadores aseguraron que reembolsarían a todos los asistentes el costo de las entradas adquiridas, a través de la plataforma Enterticket, comprometiéndose a subsanar las molestias ocasionadas. La frustración y tristeza de los promotores fueron palpables, y han anunciado su intención de buscar acciones legales contra el Ayuntamiento tras el fracaso de un evento que pretendía ser una explosión de música y alegría en la costa malagueña.